Fuente: La Patria Grande
Después de entrevistar al presidente Hugo Chávez en su programa La fiesta de Fullchola, transmitido por 106.5 FM, Juan Manuel La Guardia no entiende por qué fue insultado en las redes sociales. Sobretodo porque hace tres semanas hizo lo mismo con el candidato opositor, Henrique Capriles y nada ocurrió.
-¿Qué pasó después de que entrevistó al Presidente?
-En todas las redes sociales, especialmente en Twitter, lanzaron una andanada de comentarios negativos hacia mí, tratándome de jalab…, de chulo del gobierno. Dijeron que yo tengo un avión en La Carlota, yo quisiera saber dónde está ese avión porque nunca he paseado en él. Yo no estoy acostumbrado a esos insultos porque mi programa es de diversión. Yo soy enemigo de la política. No comento política desde que falleció El camaleón. Eso fue una estrategia comunicacional: el comando de campaña decidió llevar al Presidente a programas que tienen alta sintonía y el primero en la lista fue Fullchola. El programa tiene unos 18, 20 puntos de rating, que son aproximadamente 1.305.000 personas, y en ese momento estaban conectadas todas las emisoras del circuito. ¡El Presidente estaba prácticamente en un mitin en la avenida Bolívar! Si ese mismo estudio lo hubiera hecho el comando de campaña de Henrique Capriles, se daría cuenta de que 51 minutos en el aire con Fullchola representan seis ciudades, a razón de 250.000 personas por pueblo. Sin embargo, no ha habido contacto.
-¿Así se acordó la entrevista?
-Si, Andrés Izarra me llamó y dijo: “Fullchola, ¿tú estarías dispuesto a entrevistar al presidente Chávez?”. Y yo le respondí: ‘¿Cómo no? ¡Claro que sí!
-Si el comando Venezuela le pide lo mismo, ¿conversaría con Capriles?
-Claro, si hace tres o cuatro semanas Capriles Radonski estuvo en mi programa y no pasó absolutamente nada: no hubo insultos ni nada, alguno que otro mensaje, pero no me insultaron, no me vejaron. ¿Cómo es posible que estos señores que apoyan a Capriles Radonski reaccionen así? Si en el programa han estado Antonio Ledezma, Gerardo Blyde y Ocariz. Bastó y sobró que saliera el presidente Chávez al aire en mi programa para que se armara un alboroto.
-¿Capriles también estuvo 51 minutos?
-Fueron 20 minutos, media hora… Pero eso no tiene nada que ver, porque él tiene a su disposición los mismos 51 minutos que tuvo Chávez.
-¿De qué manera entiende esa reacción?
-Que estamos partidos en dos toletes, dos toletes que están enfrentándose. Cuando tú hablas de enfrentamientos, hay una serie de personas que cae ahí en medio de ese enfrentamiento sin comerlo ni beberlo. Yo no tengo la culpa de eso, yo no soy político, ¿cuál fue el delito que cometí?
-¿Le pudo hacer al Presidente cualquier pregunta?
-A mí no me pusieron ningún tipo de limitación ni nada. Cuando arrancó la entrevista yo le dije: “Presidente, yo no lo voy a jalar mecate en esta entrevista”. Y el Presidente se rió y me dijo: “No hace falta”.
-¿A quién más invitará?
-Invité a la señora María Bolívar para que fuera.
-¿Y piensa darle una “ayudaíta”?
-La que quiera, estamos a la orden. Lo que queremos crear es un equilibrio. Toda mi vida lo he hecho. Cónchale, yo entrevisté al presidente Caldera y a mí nadie me paró en la calle a decirme desgraciado…
-Era otra Venezuela…
-Yo entrevisté en la cárcel a Carlos Andrés Pérez, a Claudio Fermín, Teodoro Petkoff, José Vicente Rangel, Irene Sáez, Salas Römer y Eduardo Fernández, y nadie me dijo nada. Mi pregunta es: ¿Qué ha pasado? Tenemos que ser venezolanos, amarnos y vacilarnos esta política, aunque esté plagada de errores y de problemas. Tenemos que vivirla como se vive un encuentro entre Magallanes y Caracas, que se dicen de todo y, al final, terminan abrazados y tomándose unas cervezas.
-¿Piensa que se puede llegar a esa cordialidad?
-No, yo creo que la grieta es demasiado profunda. Francamente, yo no sabía lo que era ser víctima de un ataque de estos desadaptados.
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