Vive el mundo entre conmociones para imponer las cadenas de la explotación y sacudidas que las fracturan. Las independencias son rupturas de vínculos con el explotador internacional; las revoluciones, aniquilación de órdenes impuestos por explotadores internos y sus aliados transnacionales
Emancipaciones y revoluciones son las grietas que rompen la trama de la explotación del hombre por el hombre: toda independencia aspira a ser Revolución.
La Independencia de América fue el mayor proceso de descolonización del mundo.
El segundo gran proceso de descolonización se cumplió en el siglo XX, con la masiva emancipación política y en parte revolucionaria de estados en Asia, África y Europa.
El tercer gran proceso revolucionario de la Historia arranca ahora, y abarca el planeta, incluidas las potencias hasta hoy hegemónicas.
En esos tres grandes procesos concurren las condiciones siguientes:
Todas y cada una de dichas condiciones se intensifican en el mundo contemporáneo:
1) Las potencias hegemónicas pierden su hegemonía por el colapso del capitalismo, que les impone deudas públicas impagables, negación de todas las conquistas sociales, crecimiento de la inflación, incremento de los impuestos y motorización de la economía mediante una producción armamentista que desemboca en guerras imposibles de ganar.
2) La imposición asistemática de elementos de la modernidad por las potencias hegemónicas a países del Tercer Mundo deriva en modernización deforme, signada por la dependencia económica, los intercambios desiguales, la destrucción ecológica y la depauperación masiva de poblaciones a las cuales se destruyeron sus medios tradicionales de vida sin ofrecerles inserción segura ni remunerativa en el sistema capitalista.
3) El Tercer Mundo, a pesar de la ubicua penetración cultural, preserva y crea elementos culturales que evitan que la inmensa mayoría de la población del globo se identifique con los valores y códigos de la modernización imperial.
4) Las clases y pueblos sometidos protagonizan hoy la más amplia movilización que haya ocurrido en la Historia en defensa de su especificidad cultural y en contra de la explotación.
Así, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe optan democráticamente por gobiernos progresistas; el mundo islámico es un hervidero de movimientos contra las imposiciones imperiales y los gobiernos sumisos hacia ellas; las potencias emergentes muestran claras señales de independencia con respecto al G-7.
Pero incluso en países del bloque hegemónico como Inglaterra, Italia, Francia, España, Portugal, Grecia e Islandia irrumpen multitudinarias movilizaciones sociales contra las políticas que arrojan la totalidad del peso del colapso financiero sobre los trabajadores, al tiempo que en Estados Unidos surgen graves indicios de intranquilidad social.
Como si no faltaran detonantes para esta vertiginosa situación, una crisis alimentaria disparada por la especulación financiera de los monopolios agrícolas triplica y quintuplica el precio de los alimentos básicos y coloca a la humanidad entre la espada y la pared.
El sistema colapsa: sólo la Revolución mundial evitará que arrastre al resto del planeta con él.
http://luisbrittogarcia.blogspot.com
ParedeSufrir
La Independencia de América fue el mayor proceso de descolonización del mundo.
El segundo gran proceso de descolonización se cumplió en el siglo XX, con la masiva emancipación política y en parte revolucionaria de estados en Asia, África y Europa.
El tercer gran proceso revolucionario de la Historia arranca ahora, y abarca el planeta, incluidas las potencias hasta hoy hegemónicas.
En esos tres grandes procesos concurren las condiciones siguientes:
1) Debilitamiento coyuntural de las potencias imperiales por pérdida de hegemonía o pugnas entre ellas.
2) Forzada imposición asistemática de elementos o prácticas de la modernidad a países o estratos sociales dominados.
3) Preservación o creación dentro de los países o estratos sometidos de culturas con alto grado de disonancia hacia las de las potencias hegemónicas.
4) Amplias movilizaciones de clases o sectores sociales populares de los pueblos sometidos en contra de la explotación y en defensa de su especificidad cultural.
Todas y cada una de dichas condiciones se intensifican en el mundo contemporáneo:
1) Las potencias hegemónicas pierden su hegemonía por el colapso del capitalismo, que les impone deudas públicas impagables, negación de todas las conquistas sociales, crecimiento de la inflación, incremento de los impuestos y motorización de la economía mediante una producción armamentista que desemboca en guerras imposibles de ganar.
2) La imposición asistemática de elementos de la modernidad por las potencias hegemónicas a países del Tercer Mundo deriva en modernización deforme, signada por la dependencia económica, los intercambios desiguales, la destrucción ecológica y la depauperación masiva de poblaciones a las cuales se destruyeron sus medios tradicionales de vida sin ofrecerles inserción segura ni remunerativa en el sistema capitalista.
3) El Tercer Mundo, a pesar de la ubicua penetración cultural, preserva y crea elementos culturales que evitan que la inmensa mayoría de la población del globo se identifique con los valores y códigos de la modernización imperial.
4) Las clases y pueblos sometidos protagonizan hoy la más amplia movilización que haya ocurrido en la Historia en defensa de su especificidad cultural y en contra de la explotación.
Así, la mayoría de los países de América Latina y el Caribe optan democráticamente por gobiernos progresistas; el mundo islámico es un hervidero de movimientos contra las imposiciones imperiales y los gobiernos sumisos hacia ellas; las potencias emergentes muestran claras señales de independencia con respecto al G-7.
Pero incluso en países del bloque hegemónico como Inglaterra, Italia, Francia, España, Portugal, Grecia e Islandia irrumpen multitudinarias movilizaciones sociales contra las políticas que arrojan la totalidad del peso del colapso financiero sobre los trabajadores, al tiempo que en Estados Unidos surgen graves indicios de intranquilidad social.
Como si no faltaran detonantes para esta vertiginosa situación, una crisis alimentaria disparada por la especulación financiera de los monopolios agrícolas triplica y quintuplica el precio de los alimentos básicos y coloca a la humanidad entre la espada y la pared.
El sistema colapsa: sólo la Revolución mundial evitará que arrastre al resto del planeta con él.
http://luisbrittogarcia.blogspot.com
ParedeSufrir
No hay comentarios.:
Publicar un comentario