La CIA se niega a entregar documentos que pueden aclarar el asesinato de Gaitán
T/Carlos Ortiz
A 63 años del magnicidio que desató la violencia en Colombia
La CIA se niega a entregar documentos que pueden aclarar el asesinato de Gaitán
9 abril 2011 | 1 Comentario
“El Congreso de Estados Unidos investigó la actuación de la CIA en Colombia a seis días después del asesinato de Gaitán. Querían saber por qué no habían sido capaces de anticipar que algo así podía suceder”, señaló el abogado estadounidense Paul Wolf
El nombre del hombre que mató a Jorge Elécer Gaitán es Juan Roa Sierra, los nombres de quienes planearon el asesinato que desató la violencia política en Colombia permanecen ocultos. Ocultos por una trama de intereses, pues nadie cree que su victimario haya actuado solo. Sin embargo, esa fue la versión que trató de imponer la Agencia Central de Inteligencia (CIA, siglas en inglés), como lo explica el abogado estadounidense Paul Wolf en entrevista telefónica con el Correo del Orinoco.
“El Congreso de Estados Unidos investigó la actuación de la CIA en Colombia a seis días después del asesinato de Gaitán. Querían saber por qué no habían sido capaces de anticipar que algo así podía suceder”, señala Wolf, quien destaca que esa fue la primera vez que se interpeló a la agencia por una “falla de inteligencia”.
En esa ocasión, el entonces director del organismo de espionaje y sabotaje, Roscoe Hillenkoetter, dijo que el motivo de la muerte de Gaitán había sido una venganza. Supuestamente, Juan Roa Sierra era sobrino de un oficial a quien habían asesinado en 1938. Gaitán, que era abogado, logrado la absolución del hombre acusado de ese crimen el 8 de abril, por lo que Roa decidió quitarle la vida.
Pero aunque con esa declaración desconectaba el asesinato de cualquier móvil político, Hillenkoetter mostró “una docena de documentos” que supuestamente contenían “evidencia de una conspiración de los comunistas para crear caos en Bogotá y sabotear la IX Conferencia Panamericana, que se celebró ese mismo día y concluyó con la Creación de la Organización de Estados Americanos”, acota Wolf.
Esa afirmación, al tiempo que desviaba la atención sobre las causas del crimen y explotar la matriz de opinión de que grupos comunistas -relacionados con la Embajada de la Unión Soviética en Bogotá- preparaban una revuelta. El servicio de inteligencia de EEUU hizo ver que Gaitán no era ajeno a esos planes, y alimentó la sospecha de que la izquierda pudo estar involucrada de alguna manera en el crimen.
RAZÓN PARA SOSPECHAR
Lo extraño es que la CIA se niegue a hacer públicos los documentos que supuestamente la desvinculan del crimen del líder colombiano. Hace 11 años, Wolf solicitó ante los tribunales de Washington que fueran desclasificara los archivos del caso, con base en el Acta de Libertad de Información, una ley federal que permite divulgar documentos bajo control del Gobierno de Estados Unidos. En aquella ocasión, el 22 de septiembre, la CIA se rehúso a negar o confirmar la existencia de tales archivos.
Desde ese momento, y hasta enero de 2007, Wolf libró una lucha de apelaciones y recursos. Insistió en que si la CIA no admitía tener archivos, debía darle acceso al menos a los documentos que Roscoe Hillenkoetter dijo tener cuando lo interpeló el Congreso. El reclamo dio frutos, la Corte de Apelaciones le dio la razón al demandante, pero éste fracasó de todas maneras: aunque la Agencia reconoció que esos papeles eran legítimos, declaró no poder entregarlo. Esta vez, por un motivo sorprendente:
“La CIA alegó que esos documentos estaban microfilmados y que no disponía de un índice que le permitiera identificarlos y mucho menos buscarlos. Wolf no vacila en decir que se trata de una patraña: “Eso es mentira, nadie va a creer que ellos no tengan sus archivos en orden y que no lleven un control de lo que tienen”.
En un artículo publicado en 2007, el frustrado investigador afirmó que “hay unos seis u ocho teorías de quien podría haber matado a Gaitán. Por supuesto, la CIA, desde luego, es uno de los sospechosos. EEUU tenía un motivo para matar a Gaitán y usó cínicamente su muerte para sus propios propósitos”
Ante la pregunta de si todavía sostiene esa afirmación, respondió que sí: “En la Conferencia Panamericana, en la que se creó la OEA, varios países latinoamericanos querían que ese organismo fuera anticolonialista. Para ellos colonialistas eran países europeos como Francia y España, pero Estados Unidos estaba enfrentado a Stalin y quería que la OEA fuera anticomunista”. Esto implicaba asumir una línea de enfrentamiento a Rusia. Cuando Bogotá estalló en llamas y tiroteos por al muerte del dirigente liberal, el Departamento de Estado lo explotó a su favor al hacer ver que aquello probaba que la Unión Soviética era una amenaza para América Latina.
“Yo no puedo probar que la CIA haya matado a Gaitán; nadie lo puede hacer. Pero la CIA tampoco puede probar lo que dijo Hillenkoetter de que hacía sido una venganza personal”, aclara Wolf, quien explica que se interesó por en el caso a raíz de su relación con Colombia: “yo viaje a ese país como abogado derechos humanos cuando se empezó a hablar de la posible desmovilización de las guerrillas, y vi que el caso de Gaitán era importante en la historia de la guerra civil”.
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