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martes, 12 de abril de 2011

El rol de los sindicatos en Antonio Gramsci y la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE)


Por: Omar Vázquez

8 abril, 2011

Las distintas corrientes sindicales que actúan en el país, algunas vinculadas al proceso bolivariano como la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE) y la Fuerza Bolivariana de Trabajadores; otras relacionadas con la derecha y los sectores empresariales como la Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) y CCURA, evidencian como los sindicatos pueden expresar en sus actuaciones distintas posiciones e intereses de clase.

Por lo tanto, el sindicato puede constituirse en una organización clasista que impulse las reivindicaciones materiales del pueblo trabajador en los centros de trabajo públicos o privados o, por el contrario, en un instrumento al servicio del capitalista y del Estado burgués. En ese sentido, Gramsci nos planteaba que:

“Los sindicatos de oficios, las cámaras del trabajo, las federaciones industriales, la Confederación General del Trabajo, constituyen el tipo de organización proletaria específica del período dominado por el capital. En cierto sentido se puede sostener que son parte integrante de la sociedad capitalista, y tienen una función inherente al régimen de propiedad privada”1

El revolucionario italiano, como podemos observar en la cita, entiende que la organización sindical es producto de las relaciones sociales de producción capitalista, tienen un carácter histórico. El sindicato es una respuesta defensiva, en un momento de dominación histórica y social de la burguesía, para lograr reivindicaciones materiales: incremento del salario, pensión, vacaciones, mejores condiciones físicas de trabajo, entre otras. Sin embargo, su función está estrechamente vinculada con la reproducción de la sociedad capitalista.

“En este periodo, en el que los individuos valen en cuanto son propietarios de mercancía y comercian con su propiedad, también los obreros han debido obedecer a las leyes férreas de la necesidad general y se convierten en comerciantes de su única propiedad: la fuerza de trabajo y la inteligencia profesional”2

Es así como, el sindicato se constituye en una organización empleada por la clase trabajadora para lograr vender, en el marco de la competencia y el mercado capitalista, al precio más alto posible su trabajo. En este sentido, permite al pueblo trabajador negociar mejores condiciones de explotación capitalista, pero no puede avanzar en la eliminación de la dominación burguesa de la sociedad; porque no tiene la capacidad para lograr el control de los medios de producción: empresas, industrias, instituciones financieras, entre otros. Tarea que es responsabilidad del Consejo de Trabajadores y Trabajadoras, porque unifica a los trabajadores sin discriminar entre afiliados o no al sindicato; al mismo tiempo, que los organiza no por su ingreso salarial, sino por su rol en la producción y rompe con la división social del trabajo.

Los planteamientos expresados alrededor del sindicato, no implican que debamos eliminar o dejar de avanzar en la organización sindical; porque mientras continuemos en la sociedad capitalista y en el periodo de transición socialista, necesitamos como pueblo trabajador instrumentos que nos permitan luchar por mejores condiciones de trabajo en las instituciones y empresas públicas o privadas. De esta manera, Gramsci expresa que:

“Si los funcionarios de la organización sindical consideran que la legalidad industrial como un compromiso necesario pero no a perpetuidad, si hacen uso de todos los medios que el sindicato puede disponer para mejorar las relaciones de fuerza en sentido favorable para la clase obrera, si desarrollan toda la labor de preparación espiritual y material necesaria para que la clase obrera pueda, en un momento determinado, iniciar una ofensiva victoriosa contra el capital y someterlo a su ley, entonces el sindicato es un instrumento revolucionario”3

El sindicato es una organización de los trabajadores, en el marco del orden capitalista; sin embargo, tiene la potencialidad para aportar en el desarrollo de actividades y campañas de difusión de teoría revolucionaria, que permita elevar los niveles de conciencia de clase del pueblo trabajador y coadyuvar en su articulación en instancias políticas, que disputen el control y la hegemonía social e histórica a los empresarios; es decir, puede participar en la edificación de una correlación de fuerza política y cultural más favorable para la clase trabajadora y el pueblo.

En este sentido, debemos entender que no podemos identificar como iguales a un sindicato patronal y gobiernero que por conveniencia de los dirigentes, se mantiene callado y desmovilizado ante los atropellos y bajos salarios que padecen los trabajadores en alguna entidad pública o privada; a otro tipo de sindicato clasista que lucha por las reivindicaciones materiales del pueblo trabajador y utiliza su estructura orgánica para realizar actividades de formación política, al mismo tiempo que motiva la organización autónoma e independiente de instancias de Poder Popular como: Los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras.

Es así como, la Unión Nacional de Trabajadores (UNETE), integrada entre otros por la Corriente Clasista Cruz Villegas, en los últimos años viene articulando y organizando un conjunto de organizaciones sindicales en el país; que, con un claro apoya al proceso bolivariano y al camarada Presidente Hugo Chávez, avanzan en la construcción de un movimiento sindical clasista y autónomo, que mantenga en sus luchas políticas y reivindicativas la necesidad de la edificación del socialismo.

Proceso que se desarrolla, a pesar o coadyuvado por dos grandes desprendimientos que sufrió la UNETE: los sectores como CCURA que con un discurso y una fraseología ultra-izquierdista, no pierden oportunidad para defender a la empresa capitalista y a la burguesía en sus intervenciones en canales como Globovisión, y las agrupaciones sindicales que mantienen una estrecha vinculación de dependencia con el gobierno bolivariano como la Fuerza Bolivariana de Trabajadores.

En ese escenario, la UNETE viene manifestando su clara orientación de organización sindical clasista: Al exigir la aprobación de una nueva Ley Orgánica del Trabajo, presentando una demanda de incremento salarial general y varias propuestas para defender el poder adquisitivo del pueblo trabajador, solicitando el fin de la impunidad en los casos de asesinatos y sicariato de dirigentes populares y sindicales, movilizando a la clase trabajadora autónomamente y coadyuvando en la organización independiente de instancias que permitan el control obrero y popular de la economía y del Estado; tales como: los Consejos de Trabajadores y Trabajadoras.

Es así como, en correspondencia con los aportes del camarada Antonio Gramsci, debemos comprender las limitaciones de la organización sindical; al mismo tiempo, que avanzamos en el fortalecimiento, creación y articulación de sindicatos clasistas y revolucionarios.

Omar Vázquez.

Militante Comunista.

1 Sindicatos y Consejos (I), Antonio Gramsci. (1919). Publicado originalmente en El Orden Nuevo.

2 Ídem.

3 Sindicatos y Consejos (II), Antonio Gramsci. (1920). Publicado originalmente en El Orden Nuevo.

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