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domingo, 29 de julio de 2018

#DebatePorElFuturo José Vicente HOY. Entrevista a Elías Jaua y los confidenciales

jueves, 19 de julio de 2018

LA OPOSICIÓN Y EL DESCONOCIMIENTO DE LAS REGLAS DEL JUEGO DEMOCRÁTICO


Por: Harrys Velásquez / @HarrysVelásquez

El Pacto de Punto Fijo significó el establecimiento de unas nuevas reglas de juego que se dieron los partidos políticos venezolanos, después de la caída de la dictadura de Marcos Pérez Jiménez el 23 de enero de 1958.

Acción Democrática (AD), el partido Social Cristiano Copei y Unión Republicana Democrática (URD), con la exclusión del Partido Comunista de Venezuela (PCV), suscribieron un acuerdo para asegurar un entendimiento mínimo entre los partidos políticos, que garantizaría el funcionamiento del sistema y evitaría así un enfrentamiento dentro de las relaciones antagónicas que les caracterizaban y que fueron una de las causas que llevaron al poder a la dictadura de Pérez Jiménez.

Los términos de “las reglas de juego” reconocían en primer lugar la existencia de diversos partidos políticos -con la excepción del PCV- y que las diferencias pudieran ser canalizadas dentro de las normas de convivencia, de modo que no se consideraran enemigos existenciales sino que más bien se asegurara el respeto mutuo y la cooperación. Esto implicaba la despersonalización del debate político y la erradicación de la violencia entre los miembros de los partidos.

En segundo lugar, se reconocía que por encima de las diferencias entre los distintos partidos existían intereses comunes que todos debían defender y que estaban expresados en un programa mínimo de gobierno, lo cual no excluía el derecho particular de cada una de las organizaciones políticas a defender otros puntos no suscritos en el programa. No obstante, la discusión pública de los puntos no comunes debía mantenerse dentro de los límites de la tolerancia y el respeto entre los partidos. 

Tercero, como todos los partidos aceptaron y se comprometieron a respetar las reglas del juego, todos los votos emitidos a favor de las diferentes candidaturas serían consideradas como votos unitarios y una afirmación de los electores a favor del régimen constitucional y de la consolidación del Estado de Derecho.

Por último, todos los partidos convinieron en evitar una oposición sistemática que debilitara la democracia recién instaurada. Además, todas las organizaciones políticas estaban obligadas a actuar en defensa de las autoridades constitucionales en caso de existir una amenaza real de golpe de Estado.

La llegada del Comandante Hugo Chávez al poder en el año 1998 -aun cuando el 4 de febrero del año 1992 había encabezado una rebelión militar contra el sistema bipartidista del Pacto de Punto Fijo-, se produjo respetando las reglas del juego establecidas por los gobiernos de la 4ta. República, ya que su movimiento militar previo no cristalizó y en definitiva asumió la vía electoral, popular y todas las normas establecidas por la Constitución de 1961 para ganar la presidencia de la República de Venezuela.  

Los partidos políticos del Pacto de Punto Fijo y sus derivados, además de las organizaciones sociales como la Iglesia Católica, Fedecámaras, la CTV, entre otros, apoyados por los medios de comunicación social, una vez desplazados del poder que habían usufructuado durante 40 años se dieron a la tarea de sumar esfuerzos para iniciar una ola de conspiraciones que terminó derrocando en año 2002 –aunque solo por 48 horas- al gobierno legítimamente constituido del Comandante Chávez.

Pudiera decirse que los partidos del Pacto de Punto Fijo habían actuado en consecuencia a los acuerdos suscritos frente a un enemigo que los desplazó del poder político. Sin embargo, su actuación compromete las reglas del juego democrático que habían jurado preservar, ya que el Comandante Chávez no dio un golpe de Estado y no utilizó la violencia para llegar al poder, en todo caso de lo único que se le puede acusar es de haber utilizado los motes de frijolito o escuálidos para referirse a sus adversarios políticos.

Las elecciones del año 2013 que dieron como resultados la elección de Nicolás Maduro como Presidente Constitucional de la República Bolivariana de Venezuela, tuvieron el mismo matiz desestabilizador y de desconocimiento de las reglas de juego democrático por parte de los viejos partidos políticos del Pacto de Punto Fijo: AD y Copei, así como también de los nuevos partidos que se derivaron de estos: Primero Justicia (PJ), Un Nuevo Tiempo (UNT), Voluntad Popular (VP), entre otros partidos de menor repercusión en el sistema democrático del país.

El candidato presidencial de la oposición, Henrique Capriles, llamó a sus seguidores a desconocer los resultados de las elecciones presidenciales, iniciándose una intensa ola de protestas violentas -auspiciados por la embajada de los Estados Unidos en Caracas- en algunos municipios del país controlados por la oposición, que produjeron inmensas pérdidas materiales y de vidas humanas.

En el año 2014 correspondió el turno para desestabilización al líder del fundamentalista partido Voluntad Popular, Leopoldo López, quien bajo el lema “La Salida” convocó a la oposición venezolana a presionar en las calles del país hasta lograr derrocamiento del gobierno constitucional de Nicolás Maduro, también produciéndose incalculables pérdidas materiales y cientos de heridos y decenas de fallecidos por la violencia política.

En el año 2017 la oposición venezolana volvió a promover la violencia política como vía para deslegitimar al gobierno. Las llamadas “guarimbas” fueron protagonistas de las protestas enmascaradas de pacíficas, pero que en realidad enlutaron miles de hogares venezolanos. Estas tuvieron su fin cuando el Presidente Nicolás Maduro inició una serie de acciones políticas con el fin de lograr la pacificación del país, tales como: convocar la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, las elecciones regionales de gobernadores y alcaldes, así como el adelanto de las elecciones presidenciales previstas para finales del año 2018.

Asimismo, convocó la instalación de una Mesa de Diálogo Nacional con todos los sectores de la oposición venezolana, y aun cuando estos factores políticos disidentes del gobierno nacional habían aceptado participar en las negociaciones para llegar a un entendimiento y a la paz nacional, recibieron órdenes del imperialismo estadounidense para que desconociera los acuerdos alcanzados con el gobierno.

Es así como los principales dirigentes de la oposición, a pesar de ufanarse de ser “civilizados”, demócratas, sabiondos de la política, con la llegada de la revolución bolivariana han desconocido continuamente las reglas del juego democrático e incluso en la actualidad piden a gritos ayuda internacional para la intervención militar de su propio país.            

martes, 3 de julio de 2018

Esperanza desde Río Grande a La Patagonia.

Optimismo Llamarada


El pasado domingo 01 de julio Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO, ganó las elecciones presidenciales en México con más del 53 % de los votos, acabando con una hegemonía bibartidista que gobernó el país durante los primeros 18 años del siglo XXI, ejercida por el Partido Acción Nacional (PAN) entre 2000 y 2012 y el Partido Revolucionario Institucional (PRI) gobernante actualmente y que gobernó ininterrumpidamente desde 1929 hasta el año 2000.
El triunfo de AMLO se da en un contexto donde su país junto con Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Guyana, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú y Santa Lucía integra el llamado Grupo de Lima, que emprende una cruzada en contra del gobierno de Nicolás Maduro reelecto el pasado 20 de mayo por el pueblo venezolano para el periodo presidencial 2018 – 2025.
Este grupo de Lima es un resultado de la contraofensiva de los últimos 9 años transcurridos entre 2009 y 2017 que ha logrado cristalizar parcialmente el intento de restauración conservadora en Latinoamérica.
Esta contraofensiva inició con el golpe de Estado contra Mel Zelaya en Honduras en 2009 y continuó con el golpe parlamentario contra Fernando Lugo en Paraguay en 2012, el impeachment contra Dilma Rouseff en Brasil en 2016, y la victoria electoral de Mauricio Macri en Argentina (el único gobierno de izquierda perdido en las urnas). En la actualidad se desarrolla una persecución judicial contra ex mandatarios como Lula Da Silva en Brasil, Cristina Fernández de Kirchner en Argentina y más recientemente Rafael Correa en Ecuador. Sobre los gobiernos de Nicolás Maduro en Venezuela y Evo Morales en Bolivia persiste una enorme manipulación informativa y el gobierno de Daniel Ortega en Nicaragua es asediado por una espiral de violencia paramilitar urbana. Todo esto auspiciado por el imperialismo norteamericano.
Entre los países integrantes del grupo de Lima, además de México, en lo que va de 2018 se han realizado procesos electorales en Costa Rica donde resultó electo Carlos Alvarado Quezada, en Colombia fue elegido Ivan Duque, en Paraguay eligieron a Mario Abdo Martínez. En  Perú, el Presidente Pedro Pablo Kuczynski fue destituido por un escándalo de corrupción, A excepción de México, en todos los casos mencionados se mantiene la orientación favorable al grupo de Lima.
El ciclo electoral presidencial de este 2018 en Latinoamérica lo cierra Brasil, con elecciones a inicios de octubre próximo, con la posibilidad de la vuelta al poder de Lula Da Silva, apresado por el gobierno de Michele Temer, pero manteniendo la lucha judicial que lo exima de las causas por las que es injustamente acusado.
A la fecha el balance de toda la dinámica descrita sigue siendo a favor de la derecha, no obstante los triunfos de Maduro en Venezuela, de AMLO en México y la posibilidad de Lula en Brasil podrían significar la esperanza del reinicio de una nueva y definitiva oleada Revolucionaria desde Río Grande hasta la Patagonia.
Rafael Rosales Benítez
@rafaelsrb / rafaelsrb13@gmail.com

EL IMPERIO CONTRAATACA: LA GIRA DE MIKE PENCE POR AMÉRICA LATINA


Por: Harrys Velasquez / @HarrysVelasquez



  • La gira imperial para asediar a Venezuela

A pesar de que en Venezuela el Presidente Maduro logró controlar la desestabilización del país y propiciar la paz de la República con la elección de la Asamblea Nacional Constituyente, luego de suscitarse la violencia política de las manifestaciones opositoras (“guarimbas”), con el apoyo del imperialismo estadounidense, durante los meses de abril, mayo, junio y julio del año 2017 y que ocasionaron el lamentable saldo de más de 173 personas fallecidas y más de 30 personas quemadas vivas, según la investigación realizada por el Ministerio del Poder Popular para la Comunicación e Información.

A pesar que durante en el mismo año 2017 la Asamblea Nacional Constituyente convocó elecciones regionales de gobernadores y alcaldes en las que resultaron electos tanto los candidatos del chavismo y algunos de la oposición que decidieron participar en la contienda electoral. Así como también la Asamblea Nacional Constituyente convocó el adelanto de las elecciones presidenciales para el 20 de mayo del 2018, que estaban previstas para el mes de diciembre, como una forma de cumplir con los acuerdos de la mesa de diálogo realizada en República Dominicana entre los representantes del Gobierno del Presidente Maduro y los representantes de la oposición, quienes habían venido solicitando durante todo el año 2017 el adelanto de dichas elecciones presidenciales, para lograr la gobernabilidad del país.   

A pesar de que el imperialismo estadounidense ya había fracasado en su intento de impedir que se realizaran las elecciones presidenciales del 20 de mayo con la primera gira por América Latina a los países del llamado Grupo de Lima efectuada por el ex Secretario de Estado Rex Tillerson, y que ordenara al representante de la oposición Julio Borges, en la mesa de diálogo en República Dominicana, no firmar el acuerdo con los representantes del Gobierno venezolano. No obstante el imperialismo estadounidense vuelve al ataque contra el Gobierno venezolano en una nueva gira, esta vez de manos del vicepresidente Mike Pence que lo llevó países como Guatemala, Brasil y Ecuador para supuestamente visitar a los guatemaltecos afectados por la erupción del Volcán de Fuego y tratar temas como la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos y “la situación política en Venezuela”.

  • La cobertura de la los medios de comunicación


A pesar de que la gira del vicepresidente estadounidense a Latinoamérica supuestamente tenía como pretexto visitar a los guatemaltecos afectados por la erupción del Volcán de Fuego, tratar la situación de la migración ilegal hacia los Estados Unidos y la situación política en Venezuela. Sin embargo, la cobertura de los medios de comunicación de la región demuestran que el verdadero interés del imperialismo estadounidense se enfoca en lograr mayores apoyos de los países visitados para atacar al Gobierno de Venezuela.

En un análisis de 43 titulares publicados por los medios digitales nacionales e internacionales entre el 25 y 29 de junio, entre los que destacan 2001, Azteca América, Blue Radio, CNN en Español, El Comercio, El País, El Periódico, El Universal, Globovisión, La Patilla, Sumarium, Swissinfo, Unión Radio, Venevisión y VOA; se pudo corroborar que el 62,79% de la cobertura mediática fue negativa en contra de la imagen del Gobierno venezolano.

En este contexto resaltan las principales palabras claves publicadas por los medios, extraídas del discurso imperial de Mike Pence: “es hora de actuar con firmeza”, “restaurar la democracia”, “dictadura brutal”, “el colapso de Venezuela” y “aislar a Venezuela”.

Entre tanto, solo el 20,93% de la cobertura fue positiva a favor del Gobierno venezolano entre los medios nacionales del Sistema Nacional de Medios Públicos como: Ciudad Caracas, Correo del Orinoco, VTV, YVKE Mundial y los equilibrados Últimas Noticias, HispanTV y Xinhua; por otra parte 16,28% de las noticias pueden catalogarse como informativas o equilibrada, la mayoría de ellas siendo publicadas por Telesur y RT.

De los 43 titulares publicados por los medios de comunicación, 40 titulares hicieron referencia a la situación política de Venezuela, es decir, el 93,02% de las publicaciones. Mientras, solo 3 titulares hicieron referencia a la migración ilegal hacia los Estados Unidos, es decir, solo 6,98% de las publicaciones.

Esto demuestra que al menos el interés de los medios sobre la gira de Pence estuvo enfocada en sus declaraciones sobre Venezuela, mientras que los refugiados víctimas del Volcán de Fuego a penas recibió una sola publicación del medio digital de Guatemala, El Periódico, en el que se pudo conocer que la visita a los refugiados fue llevada a cabo por la esposa del funcionario estadounidense Karen Pence, ya que el vicepresidente Mike Pence descartó visitar la zona afectada, no dio declaraciones a la prensa sobre algún programa de ayuda humanitaria, pero sí se reunió con los presidentes de Honduras, Juan Orlando Hernández, y de El Salvador, Salvador Sánchez Cerén, para tratar “el tema crítico” de la inmigración ilegal hacia los Estados Unidos.   

  • Las reacciones a la visita imperial por América Latina

Aun cuando consideramos que la cobertura de los medios a la gira del Vicepresidente estadounidense es desproporcionada contra la imagen del Gobierno venezolano, dado el número de publicaciones realizada por estos en comparación a las reacciones generadas en su contra. Sin embargo, no es menos importante las declaraciones ofrecidas por los representantes del Gobierno venezolano en su propia defensa, vale decir el mismo Presidente Nicolás Maduro y el constituyente Diosdado Cabello, quienes dan cuenta que el imperialismo no ha podido derrotar a la Revolución Bolivariana con todo y sus artimañas, amenazas y chantajes.

Asimismo, las reacciones de otros líderes regionales y extraregionales que demuestran que Venezuela no está aislada de la comunidad internacional, tales como las del presidente boliviano Evo Morales quien denunció que el imperialismo estadounidense está instigando un golpe de Estado en Venezuela en nombre la libertad y la portavoz de la cancillería rusa María Zajárova, quien denunció que las declaraciones del funcionario estadounidense son una de la injerencia en los asuntos internos de los venezolanos.

Un caso especial ocupa la reacción del alcalde de Manaos, Arthur Virgílio Neto, ya que si bien este no es partidario del Gobierno venezolano ni apoya al Presidente Nicolás Maduro, fija una posición nacionalista contraria al despliegue militar estadounidense por la visita de Mike Pence a Brasil, pidiendo “respeto a la soberanía de su país y al orgullo del pueblo amazónico”, además de solicitar a Pence regresar a su país y no estar hablando de los derechos humanos.