Por:
Harrys Velasquez / @HarrysVelasquez
Durante
el transcurso de esta última semana del mes de abril hemos podido observar la
introducción de varios elementos que avivan el inicio oficial de la campaña
electoral, tales como: la pregunta que hace el Presidente a los venezolanos:
¿Cómo se elige el Presidente en Venezuela?; la probable unificación de las
candidaturas de Henri Falcón y Javier Bertucci para enfrentar al candidato a la
reelección Nicolás Maduro; las denuncias realizadas por los candidatos Bertucci
y Falcón sobre la supuesta violación de las garantías electorales y la respectiva
respuesta del Jefe de campaña del chavismo Jorge Rodríguez, así como las denuncias
sobre la violencia política ocurrida en contra de los integrantes del comando
de campaña de Javier Bertucci. Consideramos que estos elementos marcaron de
alguna manera el panorama político electoral durante el inicio de la campaña a
las presidenciales del 20 de mayo.
El
Presidente Maduro ha reflexionado públicamente durante estos últimos días sobre
la importancia que tiene que los venezolanos salgamos a votar el próximo 20 de
mayo, y para ello introduce en la opinión pública una interrogante que pareciera
tener una respuesta de Perogrullo: ¿Cómo se elige un Presidente en Venezuela?.
Tal
como el mismo Mandatario afirma la respuesta a esta pregunta parece de
Perogrullo, es decir, la gran mayoría del país sabe que al presidente
venezolano lo elegimos los venezolanos. Pero la intencionalidad del Presidente,
más allá de lo obvio, es incentivar la mayor participación de votantes posibles
el día de la elección, para así legitimar los resultados y ratificar ante el
mundo la voluntad democrática de los venezolanos. Además, para denunciar las
amenazas del desconocimiento de los resultados electorales que a priori han sido
cantadas por el imperialismo norteamericano, la derecha europea, algunos países
de la región con gobiernos antichavistas y algunos organismos internacionales
como la OEA que le siguen la línea desestabilizadora del Gobierno venezolano
emitida por Washington y el Departamento de Estado.
En
cuanto a la presentación de la candidatura ante el electorado venezolano el
Mandatario ha venido mostrando la construcción de una imagen propia que lo
diferencian del liderazgo histórico ejercido por el Comandante Chávez, que
tiene su propia identidad y de experiencia política en el gobierno, de “constructor
de victorias épicas” como las elecciones de la Asamblea Nacional Constituyente
que lograron paralizar la violencia de las guarimbas de oposición, y de la
desmovilización evidente del voto opositor en elecciones municipales y las
elecciones de gobernadores del año 2017.
De
acuerdo al analista político y director de la encuestadora Hinterlaces, Óscar
Schemel, el Presidente ha venido manejando muy bien el tema de las emociones,
de la esperanza y de ubicar a la gente como protagonista del proceso político
del país. Según Schemel, el posicionamiento del Presidente como “protector” es
acertado aunque falta acompañarlo o relacionarlo un poco más con la imagen de
“solucionador” de los problemas, es decir, “hace falta moverse un poco al
centro” ya que el centro está pidiendo fundamentalmente propuestas económicas y
mejorar las expectativas del futuro.
Por
otra parte, se encuentra la posibilidad de la unificación de las candidaturas
de Henri Falcón y de Javier Bertucci para enfrentar al candidato a la
reelección Nicolás Maduro surgidas durante la semana, se infiere que no
llegaron a concretarse porque a Bertucci no le interesó la propuesta planteada
por Falcón, aun cuando primero se había mostrado interesado en la alianza pero
en sus propios términos y ahora solicita que sea Falcón quien renuncie y se una
a su candidatura.
La
candidatura de Javier Bertucci tiene arraigo popular en base a la comunidad religiosa,
cristiana y evangélica de Venezuela, y su discurso apela a la esperanza de la
gente y la conciliación de los venezolanos. Entre tanto la candidatura de Henri
Falcón se encuentra dirigida a captar la rabia de la gente, la venganza, al
voto castigo, mientras que el tema de la dolarización de la economía carece de
argumentos sólidos y más bien pudieran ser utilizados en su contra, ya que para
llevar a cabo la medida tiene que pactar con el Fondo Monetario Internacional y
el Banco Mundial, entre otros, que dan pie a la pérdida de la soberanía y la
aplicación de políticas neoliberales salvajes como la privatización de los
servicios públicos (electricidad, agua, transporte público) y las empresas del
Estado, la desregulación de los controles y la liberación de los precios, la
reducción de los pensionados, la eliminación de la educación y la salud
gratuita, entre otros servicios que garantizan la satisfacción de las
necesidades básicas de los venezolanos.
Sobre
la supuesta violación a las garantías electorales por parte del Gobierno,
denunciadas tanto por Henri Falcón como por Javier Bertucci, consideramos que
se trata de una estrategia discursiva de ambos candidatos para generar la
percepción pública de un supuesto ventajismo electoral, y así presionar por la
paralización de las actividades presidenciales en su gestión de gobierno
confundiéndola con la campaña electoral.
Ahora
bien, las denuncias realizadas por el candidato Javier Bertucci sobre las
agresiones sufridas por miembros de su comando de campaña levantan mucha
suspicacias en relación a ¿quién se beneficia o perjudica? más con el
acrecentamiento de una campaña electoral desbordada por la violencia política.
Al
Presidente Maduro y al chavismo en general les interesa que el desenvolvimiento
de la campaña electoral se efectúen sin el mayor contratiempo posible, Maduro
ha sido consecuente con sus llamados a la paz y al diálogo en todo momento desde
que se hizo cargo del poder. Entre tanto, Bertucci tiene un aura religiosa y
hasta ahora no se vincula con la violencia política que algunos ejercen en el
país, mientras que Henri Falcón siempre ha mantenido también que los problemas
de los venezolanos hay que resolverlos por la vía pacífica y democrática del
voto.
Aun
cuando no se han dado a conocer los resultados de la investigaciones de los
organismos de seguridad del Estado sobre las agresiones contra el equipo de
Bertucci, se puede presumir que es parte de la violencia política anunciada por
los sectores radicales de la oposición que llaman a la abstención y al saboteo
de las elecciones, siguiendo órdenes del imperialismo norteamericano para
provocar la renuncia de los candidatos o deslegitimar el proceso electoral.