… no somos europeos, no somos indios, sino una especie media entre los aborígenes y los españoles. Americanos por nacimiento y europeos por derechos, nos hallamos en el conflicto de disputar a los naturales los títulos de posesión y de mantenernos en el país que nos vio nacer… Simón Bolívar Discurso de Angostura -1819
viernes, 24 de junio de 2011
Antonio Gramsci y la iglesia católica como parte del bloque histórico reaccionario en el proceso bolivariano.
22 junio, 2011.-
Por: Omar Vazquez Heredia
Los hombres y las mujeres que en nuestras vidas desarrollamos una praxis política revolucionaria, que intenta transformar y destruir estructuralmente los cimientos de la sociedad capitalista como Antonio Gramsci, en reiteradas oportunidades nos encontramos en la lucha con la variable y el factor religioso. En este sentido, el mencionado militante comunista plantea la necesidad de estudiar y reflexionar la cuestión religiosa en dos sentidos; primero, como crítica a la creencia en una divinidad transcendente que implica una enajenación del ser humano y, segundo, como culto y fe empleado y administrado por la iglesia en nombre de sus intereses corporativos y de las clases domintantes1.
Entonces, en el presente artículo emplearemos los planteamientos del intelectual orgánico italiano alrededor de la iglesia católica, como institución humana que tiene un conjunto de intereses corporativos, sostenidos empleando y difundiendo las creencias religiosas2. Por eso, de antemano, es necesario hacer una importante diferencia entre iglesia como comunidad organizada de creyentes o como institución jerárquica integrada por prelados que administran el culto; por lo tanto, es distinto el pueblo trabajador que tiene una tradición histórica católica, como el venezolano, que la iglesia católica como institucionalidad.
En ese marco de referencia, empezamos planteando como sostenía Gramsci que;
No es ya la iglesia la que fija el campo y los medios de lucha; debe aceptar, en cambio, el terreno impuesto por los adversarios o por la indiferencia y servirse de armas tomadas prestadas del arsenal de sus adversarios3
Es evidente que por lo menos en el hemisferio occidental, donde se encuentra Venezuela, con el desarrollo de las fuerzas productivas y del pensamiento científico la hegemonía ideológica que mantenía la iglesia católica en las masas en el pasado colonial y agrario; se viene diluyendo, debilitando, en muchos casos desapareciendo. Situación que se evidencia con las innumerables concesiones que realizo la iglesia católica, en el marco de derrotas políticas e ideológicas, para no perder todos sus privilegios y resguardar parte de sus intereses corporativos; tales como: separación del Estado y la iglesia, secularización en parte de la educación, pérdida de importantes cantidades de tierra, el divorcio, entre otras.
Esas concesiones que reflejan cierta debilidad, implican que la iglesia católica se tenga que adaptar a los mecanismos de lucha que le impone la realidad concreta y participar de otra forma en la defensa de sus intereses corporativos, que tienen una vinculación con las necesidades ideológicas de las clases dominantes de la sociedad capitalista; integrando el bloque histórico reaccionario.
De esta manera, la iglesia católica construye una estrategia que le permite incidir en las masas para promover una hegemonía ideológica, articulada con el mantenimiento del orden burgués, participando de forma directa o indirecta en la organización de partidos políticos como COPEI, Convergencia y Primero Justicia, todos miembros de la Organización Demócrata Cristiana de América Latina, juntos a la derecha más conservadora de la región; al mismo tiempo, que desarrollan una importante labor ideológica reaccionaria desde las universidades católicas y de las instituciones educativas de primaria y secundaria católicas, es decir, desde la educación supuestamente laica pero con importante contenido de la ideología católica. Aportando en la formación, en el ámbito de sus universidades, de importantes cuadros políticos de la derecha venezolana como: Henrique Capriles Radonsky, Julio Borges, Yon Goicoechea, María Corina Machado, entre otros. Esa vinculación entre educación y los intereses de la iglesia católica, como mecanismo para preservar sus intereses corporativos después del desarrollo científico, ya fue identificado por Antonio Gramsci cuando sostuvo que;
El carácter de esa lucha ha variado de acuerdo con los diversos períodos históricos. En la etapa moderna, es lucha por la hegemonía en la educación popular; por lo menos, ése es un rasgo más característico, al que se subordinan todos los otros4.
Es así como, la educación católica en muchos casos financiada por el gobierno bolivariano mediante subvenciones a las instituciones educativas católicas5, que se realizan a través de la Asociación Venezolana de Educación Católica (AVEC) y con becas individuales para cursar estudios en universidades privadas católicas; se convierte en un significativo mecanismo para divulgar la ideología católica, algo que deberíamos como bolivarianos cambiar porque mientras algunas escuelas públicas no tienen recursos, se financia a la educación católica que plantea de forma reaccionaria y conservadora el tema de la cuestión social y de la pobreza como expreso Gramsci;
1) la propiedad privada, especialmente la inmobiliaria, es un “derecho natural”, que no se puede violar ni siquiera con fuertes impuestos…2) los pobres deben contentarse con su suerte, pues la desigualdad de clases y la distribución de las riquezas son disposiciones de Dios y sería impío tratar de eliminarlas 3) la limosna es un deber cristiano e implica la existencia de la pobreza 4) la cuestión social es, sobre todo, moral y religiosa, no económica, y debe ser resuelta con la caridad cristiana y con los dictámenes de la moralidad y el juicio de la religión6.
Empleando el aparato educativo se construye y divulga una ideología católica, en algunas oportunidades en contradicción con el dogma cristiano, que promueve en las masas un consenso cultural y político que legitima a la sociedad capitalista; porque como hemos escuchado en palabras del cardenal venezolano Jorge Urosa Savino es necesario la reconciliación nacional y trabajar por el progreso de todos los sectores del país7, un mensaje que intenta esconder las contradicciones de clase entre el pueblo trabajador y los propietarios de los medios de producción y distribución: tierra, medios de difusión, grandes empresas y comercios, entre otros. Es la forma como la iglesia cumple su rol en el bloque histórico reaccionario, desde el plano ideológico, difundiendo ideas y principios que afirman que la polarización política y social que acontece en el país; en la actualidad, es una creación del proceso bolivariano y, especialmente, del Presidente Hugo Chávez. Algo que es totalmente falso, porque las diferencias de clase son hechos concretos y objetivos producto de la existencia de la propiedad privada burguesa de los medios de producción y distribución, situación que genera la acumulación de riqueza para los propietarios y salarios miserables para los trabajadores; solamente, que el líder y los militantes revolucionarios del proceso bolivariano desarrollamos un trabajo cultural y contra-hegemónico, que debemos seguir realizando, para evidenciar esos antagonismos y constituirnos en clase con conciencia.
Además, esa ideología católica entendida como herramienta cultural de la iglesia romana y de las clases dominantes, intenta naturalizar a la sociedad capitalista creando un conformismo social que descansa en la sacralización de la propiedad privada burguesa y de la pobreza como fenómeno que sólo puede ser paliado mediante la caridad; debilitando la posibilidad de la aparición de núcleos de pensamiento crítico en las clases subalternas; que permitan la construcción de una estrategia que tenga como objetivo transformar estructuralmente el orden burgués imperante. Sin embargo, como sabemos los bolivarianos el papel reaccionario de la iglesia católica venezolana no sólo se expresa mediante la difusión de ideología conservadora; además, han participado directamente en el desarrollo del golpe de Estado de abril de 2002. Cuando su máxima figura en ese momento concreto, el fallecido cardenal Ignacio Velasco intervino en la firma del acta golpista, en la articulación de los actores del golpe y en una maniobra que intento convencer al Presidente Hugo Chávez para que renunciará; situación que evidencian hasta declaraciones de actores políticos de la derecha como Henry Ramos Allup8.
Para comprender bien la posición de la Iglesia en la sociedad moderna, es necesario comprender que ella está dispuesta a luchar sólo para defender su particular libertad corporativa…los privilegios que proclama ligados a la propia esencia divina; para esta defensa la iglesia no excluye ningún medio, ni la Insurrección armada, ni el atentado individual, ni el llamado a la invasión extranjera9.
Entonces, como expresa nuestra experiencia concreta y el interesante planteamiento del camarada Gramsci, debemos entender que la iglesia católica es una institución que emplea métodos de lucha anti-populares o, lo que podríamos llamar en el caso venezolano, anti-constitucionales para lograr desplazar de la posición gubernamental obtenida en unas elecciones democráticas al proceso bolivariano y a su principal líder: El Presidente Hugo Chávez. Ese discurso empleado por parte de la iglesia católica, supuestamente, democrático y respetuoso de las decisiones expresadas por las grandes mayorías populares, mediante varias actividades electorales10; realmente, no soporta un análisis medianamente riguroso que evidencie como la mencionada institución eclesiástica empleó, y continua empleando, su posición política para intentar por medios rupturistas deponer a un gobierno electo democráticamente.
Además, la iglesia católica en reiteradas oportunidades expreso que el proceso bolivariano y el Presidente Hugo Chávez son autoritarios y totalitarios, porque intenta implantar un modelo comunista y marxista en Venezuela11; participando en el debate político del país con la finalidad de evitar que las ideas revolucionarias, continúen contribuyendo con la construcción de la hegemonía cultural que nos permita organizados y movilizados como pueblo trabajador transitar al socialismo. Es indudable que la iglesia católica plantea que un gobierno es autoritario cuando limita o suprime sus privilegios, como sostiene Gramsci; sin embargo, en los casos de gobiernos autoritarios reales como los dirigidos en Chile y Argentina, respectivamente, por Augusto Pinochet y Jorge Videla que mantienen o promueven sus intereses corporativos los exalta y los considera providenciales.
En ese marco de referencias debemos expresar que la iglesia católica venezolana, sin ninguna duda, es parte del bloque histórico reaccionario; sin mucha conceptualización es parte del aparato ideológico burgués, junto a los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática y los medios de difusión privados. No obstante, por su incapacidad para influir en importantes sectores populares del país desarrolla una campaña de manipulación de las acciones vandálicas acontecidas, hace varias semanas, con algunas imágenes y símbolos religiosos en el país12, con el objeto de recuperar su presencia ideológica en las masas, porque como sostiene Gramsci la iglesia en momentos de crisis incentiva;
…una activa “opinión pública” en favor de la práctica religiosa, invirtiendo la situación precedente, en la que la opinión pública era negativa, o por lo menos pasiva, o ascética e indiferente13.
Es decir, la iglesia católica emplea las muy sospechosas acciones vandálicas que deben ser combatidas por los bolivarianos, para intentar recuperar un papel protagónico en la sensibilidad y simbología popular venezolana, sosteniendo en palabras del cardenal Jorge Urosa Savino que esos ataques son realizados por personas ateas y anti-religiosos; por lo tanto, no es difícil seguir el hilo conductor del discurso anti-comunista del señor Urosa Savino. Es supuestamente responsabilidad de los ateos, además personeros de la derecha como María Corina Machado14 responsabilizan al gobierno bolivariano y realizan un llamado a la unidad y a la defensa de los valores católicos del pueblo venezolano; evidenciando una conexión entre los intereses de la institucionalidad católica y la reacción.
Por ende, para concluir debemos sostener el innegable papel reaccionario y conservador de la iglesia católica, denunciar su vinculación ideológica y política con las clases dominantes; al mismo tiempo, que diferenciar al pueblo trabajador que tiene cierta relación con el culto católico y promover, como bien lo hace el Presidente Hugo Chávez a veces exagerando un poco, las ideas y principios del cristianos que nos sirven como núcleos de buen sentido; que nos permitan avanzar en la construcción de la hegemonía cultural revolucionaria.
Omar Vázquez Heredia.
Militante Comunista.
1 Hugues Porteli, Gramsci y la cuestión religiosa (1977). Editorial Laia Política. P. 19.
2 Antonio Gramsci, Las Maniobras del Vaticano (2010). Ediciones Godot. P.36.
3 Ídem. P. 19.
4 Ídem. P. 29.
5 http://www.radiomundial.com.ve/yvke/noticia.php?45432
6 Antonio Gramsci, Las Maniobras del Vaticano (2010). Ediciones Godot. P.20-21.
7 http://informe21.com/jorge-urosa-savino/cardenal-jorge-urosa-savino-dice-tenemos-buscar-reconciliacion
8 http://albaciudad.org/wp/2011/03/ramos-allup-vimos-el-decreto-de-carmona-una-semana-antes-del-golpe/
9 Antonio Gramsci, Las Maniobras del Vaticano (2010). Ediciones Godot. P.36.
10 http://www.noticias24.com/actualidad/noticia/170703/conferencia-episcopal-de-venezuela-aspira-que-el-26-s-se-consolide-la-democracia/
11http://noticiaaldia.com/2010/12/cardenal-urosa-%E2%80%9Cyo-si-considero-que-este-es-un-regimen-comunista%E2%80%9D/
12 http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=33679%C3%A7
13 Antonio Gramsci, Las Maniobras del Vaticano (2010). Ediciones Godot. P.22.
14 http://politica.eluniversal.com/2011/05/28/maria-corina-condena-ataques-a-la-iglesia-catolica.shtml
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