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martes, 17 de agosto de 2010

El Pentágono sanciona a funcionarios por leer documentos secretos en Wikileaks


 Caracas, 17 Ago. AVN .- El Pentágono (ministerio de Defensa) y el Departamento de Estado de Estados Unidos emitieron una serie de advertencias y amenazas para evitar que los miembros de su personal, sea militar, administrativo o civil, accedan al portal Wikileaks, donde se han venido difundiendo documentos secretos sobre la guerra en Afganistán.

De acuerdo con un artículo del antropólogo Maximilian Forte, publicado en el portal Rebelion.org y titulado “Guerra contra Wikileaks”, los primeros documentos divulgados por ese portal Wikileaks, bajo el título de “Diario de la guerra afgana”, muestran numerosas acciones criminales perpetradas en dicho país por las tropas norteamericanas entre 2004 y 2010.

El Departamento de la Armada, en un mensaje titulado “Wikileaks Website Guidance” (guía para el sitio en Internet de Wikileaks), advirtió el pasado 05 de agosto: “El personal no debe abrir el portal Wikileaks para ver o bajar la información confidencial publicada. Hacerlo introduciría información potencialmente confidencial en redes no confidenciales”.

Continuó la advertencia: “Ha habido rumores de que la información ya no está clasificada porque reside en el dominio público. Eso NO es verdad. Las técnicas de tecnología de la información del Gobierno deben utilizarse para capacitar a nuestros combatientes, promover que se comparta la información en defensa de nuestra patria y para maximizar las eficiencias en las operaciones. No deberían utilizarse como un medio para dañar la seguridad nacional mediante la revelación no autorizada de nuestra información en portales o salas de chateo públicamente accesibles en Internet”.

La Oficina de Seguridad Especial del Departamento de Inteligencia del Cuerpo de Marines amenazó con castigar a los que considera ”infractores” por visitar el portal.

“Al acceder voluntariamente al sitio de Internet Wikileaks con el propósito de ver el material confidencial publicado, esas acciones constituyen procesamiento, revelación, visión y descarga de información clasificada a un sistema informático NO AUTORIZADO, no aprobado para el almacenamiento de información clasificada, lo que significa que se ha cometido VOLUNTARIAMENTE una VIOLACIÓN DE LA SEGURIDAD”.

“Los comandantes pueden formular acusaciones según los artículos 15 o 32, y el personal del USMC (Cuerpo de marines de EEUU) podría enfrentar una sanción financiera, mientras el personal civil y de contratación será colocado en "suspensión administrativa" a la espera del resultado de la investigación (criminal)”.

Forte, académico de la Universidad de la Concordia en Montreal, Canadá, comentó que el pasado 05 de agosto el Pentágono difundió, a través de su portavoz, Geoff Morrell, una orden para que Wikileaks “devuelva” todos los documentos.

“Estos documentos son propiedad del Gobierno de EE UU y contienen información clasificada y confidencial. El Departamento de Defensa exige que Wikileaks devuelva inmediatamente toda versión de los documentos obtenidos (…) La publicación por Wikileaks, la semana pasada, de una gran cantidad de nuestros documentos, ya ha amenazado la seguridad de nuestros soldados, nuestros aliados y ciudadanos afganos”.

“El único camino aceptable es que Wikileaks devuelva todas las versiones de estos documentos al Gobierno de EE UU y los borre permanentemente de su sitio en Internet, ordenadores y archivos”, concluye la "advertencia" según reseñó el portal Rebelion.org.

Asimismo, Forte expuso en su artículo: “Fox News se apresuró a dedicar su tiempo y energías a la busca de vacíos legales de los cuales colgar a Wikileaks. No demostró tanta preocupación por los puntos más delicados del derecho internacional, para no hablar de las leyes interiores de otro país, cuando tuvo que ver con las invasiones estadounidenses de Afganistán e Iraq”.

En su reseña, el articulista canadiense enumera los aliados que el Departamento de Estado norteamericano utiliza para manipular la opinión pública a su favor y en desmedro del portal Wikileaks.

Al respecto, el rotativo The Wall Street Journal aseguró el pasado 05 de agosto tener en su poder una carta de cinco organizaciones de derechos humanos que critican fuertemente el hecho de que Wikileaks no haya borrado los nombres de informantes civiles afganos de los archivos que se publicaron.

Jeanne Whalen, del mencionado diario, escribió: “El intercambio muestra cómo Wikileaks y el señor Assange arriesgan ser aislados de algunos de sus aliados más naturales después de la publicación de los documentos”.

Julian Assange, fundador del portal, argumentó por su parte que “en última instancia son los militares de EE UU los que deben ser culpados por haber puesto en peligro a civiles afganos, y por registrar identidades que podrían ser reveladas”.

Forte manifestó que el pasado 10 de agosto Estados Unidos instó a sus aliados, en especial a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a tomar medidas contra el sitio web Wikileaks.

Al amparo del anonimato, la prensa occidental ha difundido una declaración atribuida a un supuesto diplomático estadounidense: “No sólo nuestros soldados están en peligro por esta filtración. Son soldados británicos, son soldados alemanes, son soldados australianos: todos los soldados de la OTAN y fuerzas extranjeras que trabajan en conjunto en Afganistán. Sus gobiernos deberían considerar si las acciones de Wikileaks podrían constituir crímenes según sus propias leyes de seguridad nacional”.

Advierte Maximiliam Forte en su artículo: “Si el Estado no logra convencer –lo que no es sorprendente–, es porque no tiene la menor intención de hacerlo. El Estado recurre a algo más visceral con toda esta pose: miedo”.

“Quiere causar miedo en las mentes y cuerpos de los que trabajan con Wikileaks, o cualquiera que realice un trabajo semejante, y cualquiera que piense en filtrar algunos archivos clasificados. El miedo es un arma mayor de destrucción psicológica, cuyo éxito en el interior del país se ha demostrado. Y en este caso, el peligro se encuentra en el interior. El resultado que espera el Estado es más autocensura y más autocontrol”

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