La realidad política de América Latina y EL Caribe actual, si bien se encuentra en un estado de independencia respecto de la dominación colonial, no podemos decir lo mismo respecto a la formación de sus políticas publicas, la cuales se encuentran penetradas por ideales distintos de dominación y egoísmo con el que se rigen las naciones desarrolladas. Nuestra América no ha logrado desarrollar la esencia de los gobiernos republicanos: alcanzar la mayor suma de bienestar y felicidad posible para su población.
Si bien los estados-nación de nuestra era se encuentran en posesión de su soberanía, la forma como se ha desarrollado la administración, ha sido con ideas descentralizadora influidas por conceptos y teorías que no se compaginan con el devenir histórico de nuestras costumbres y tradiciones, y por el contrario ha sido penetrada nuevamente por los ideales de la dominación para el trabajo o cuanto mucho para ser consumidores. De está manera, pretende el mundo imperial o de dominación mantenernos abstraídos de las virtudes de una administración propia y nacionalista.
La vigencia del pensamiento bolivariano se manifiesta para los pueblos Latinoamericanos, en la formación de una gran patria reunida en una sola nación, con un vínculo que ligue sus partes entre si y con el todo. Tenemos el mismo origen, la misma lengua, la misma religión, tradiciones y cultura; por consiguiente, deberíamos tener un solo gobierno que confederase los diferentes Estados que componen la nación Latinoamericana. Sólo nos falta la unión para poder plantarnos frente al resto del mundo con un potencial de poder que se les asemeje y evite las ideas de dominación.
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