Este tema me lo han sugerido varias personas que temen a los rayos y
pienso que es muy conveniente conocer más sobre este fenómeno tan
frecuente de nuestras tardes de verano y que ocasiona tantos daños…
aunque también traiga beneficios, en nada despreciables, como veremos
después.
Tan frecuente es este fenómeno atmosférico que la superficie de
nuestro planeta, La Tierra, es alcanzada por unos 100 rayos cada segundo
y en cualquier momento (ahora mismo, por ejemplo, en que Ud. lee esta
línea) existen unas 2 000 tormentas eléctricas simultáneamente en
diferentes países. Las víctimas por rayo o fulguración son cuantiosas,
por ejemplo, en los Estados Unidos se registra un promedio anual de 87
víctimas fatales y 500 heridos, y en Cuba alrededor de 65 muertes, según
estudios realizados hace unos años, lo que supera con creces el
promedio anual de las pérdidas humanas dejadas por tornados,
inundaciones y huracanes.
¿Qué es un rayo? Es una descarga eléctrica que se produce por la
aglomeración de cargas eléctricas de distinto signo, entre una misma
nube, una nube y otra nube, y la más peligrosa por sus daños: entre la
nube y la superficie de la tierra. Esta última variante se produce
cuando la carga positiva en la parte baja de la nube de tormenta,
llamada Cumulonimbus, es atraída por la carga positiva de la tierra,
provocándose una inmensa chispa, debido al paso masivo de millones de
electrones a esta última. Esta descarga puede desplazarse hasta una
distancia de entre 13 a 30 kilómetros de la tormenta, provocar una
temperatura de 28.000 °C (o ¡tres veces la temperatura de la superficie
del Sol!) en el interior de un canal de 1 cm de diámetro por donde cruza
la chispa, con un potencial eléctrico de más de 100 millones de voltios
y una intensidad de 20.000 amperes. En el punto de llegada a la tierra,
el rayo puede destruir, de acuerdo a su potencia y a las
características del suelo, un radio de 20 metros.
Y ¿qué es el trueno? Es el ruido o sonido, la onda expansiva, que se
produce, debido a que por el canal por donde cruza la chispa se crea un
vacio, que es llenado abruptamente por el aire que lo rodea al
terminarse ésta, ocasionándose entonces el peculiar ruido, que es
replicado por el eco que ocasiona por el rebote de las ondas sonoras en
objetos distantes.
Para protegerse de los rayos existen varias medidas sencillas y efectivas.
Por ejemplo, antes de que comience a tronar, observe si el cielo se
obscurece por la cercanía de la tormenta eléctrica, si hay relámpagos o
el viento aumenta bruscamente. Escuche si hay truenos; si los escucha
Ud. se encuentra en un área de peligro potencial. Debe entonces
permanecer o dirigirse a un lugar seguro. Estos pueden ser un edificio o
un automóvil u ómnibus, aunque en estos caso las ventanas deben
cerrarse y Ud. encontrarse completamente dentro del vehículo. Si cayera
un rayo, no le pasaría nada, pues las cargas eléctricas se moverían por
fuera del metal, quedando Ud. dentro de un campo eléctrico nulo dentro
del vehículo, lo que se conoce en Física como “Jaula de Faraday”.
La gran mayoría de los accidentes por rayos ocurren en zonas rurales.
Eso es debido a que el rayo cae en lo más elevado del terreno, y si Ud.
está de pie en un descampado, o montado a caballo, o en una moto, lo
más alto es Ud. mismo. Por la misma causa, evite buscar refugio en
arboledas. Es un gran error lo que lamentablemente hacen algunos
muchachos de quedarse dentro del agua nadando en la playa o en una
piscina, deben recordar siempre que el objeto más alto sobre la
superficie son ellos mismos, y por tanto pueden ser el objetivo de un
rayo. Igualmente pasa con los pescadores si se mantienen dentro de un
bote: son el objeto más elevado sobre la superficie.
En las zonas rurales, en caso de ser sorprendido por una tormenta
eléctrica y haber un edificio o vehículo muy cerca, intentar llegar a
él, si se encuentra Ud. bien cercano al mismo. Asimismo, deberá
alejarse de objetos altos (árboles, postes o cualquier objeto que
sobresalga), es recomendable buscar una zona que se encuentre un poco
más baja que el terreno circundante. Sin embargo, no debe uno
resguardarse en cuevas o accidentes geográficos similares, ya que se
acumula el aire ionizado y eso aumenta la probabilidad de se conduzca la
descarga eléctrica.
Dondequiera que esté, recuerde que las líneas de teléfono, las
tuberías de agua, las cercas metálicas, conducen la electricidad; no
esté cerca de ellas y jamás hable por un teléfono fijo (conectado a una
línea telefónica) mientras esté tronando. Evite bañarse, ducharse o usar
agua corriente de la pila mientras se encuentre en una tormenta
eléctrica.
Para evitar daños a sus equipos electrodomésticos, desenchúfelos de
la toma de corriente, y además al televisor de la antena. Desconecte los
módems de la línea telefónica; desconecte además la computadora de la
toma de corriente.
Mantenga todas estas medidas mientras dure la tormenta eléctrica, y
hasta un rato después de haberse escuchado el último trueno. Siguiendo
esos sencillos consejos Ud. incrementará grandemente su seguridad.
Y, ¿cuáles pueden ser los efectos positivos de los rayos? Imagínense,
que nada menos que si no hubiesen existido los rayos ¡no existiría
tampoco la vida en nuestro planeta!….. Los rayos pudieron haber jugado
un papel fundamental en la creación de la vida en la Tierra. El Premio
Nobel de Química en 1934, Harold Urey, propuso que la tierra estaba
formada inicialmente por amoniaco, hidrógeno, metano y vapor de agua.
Uno de sus alumnos, Stanley Miller, en un experimento en 1950 creó un
ambiente conformado sólo con los elementos mencionados, pero hizo pasar a
través del mismo una chispa eléctrica para iluminarlo. De esa manera
descubrió con asombro que, habiéndose previamente cerciorado de que
ninguna estructura viva existía en el ambiente por él diseñado, encontró
que, después de transcurrida una semana, se habían formado
¡aminoácidos!, los componentes de las proteínas y base de la vida.
Recuérdense también los trabajos del científico soviético Académico
Oparin.
Pero, además, ya en cualquiera de nuestros días, encontramos que al
caer los rayos, éstos posibilitan que la tierra gane en compuestos
nitrogenados, algo sin lo cual no existirían las plantas ni la
agricultura. Y más aún, cuando se producen rayos, ellos generan Ozono,
al pasar la chispa eléctrica por la atmósfera, el que al elevarse en la
atmósfera, aunque sea en pequeñas cantidades, contribuye a engrosar el
escudo protector de nuestro planeta, que es la capa de Ozono en la alta
atmósfera.
Otro aspecto positivo, aunque menos tangible, es que se ha calculado
que los rayos que se producen durante una tormenta podrían alimentar de
energía a una gran ciudad entera durante mucho tiempo … si alguien
encontrara la forma de almacenarla. Steve LeRoy, un inventor que se
afirma que está pensando en un sistema que lo haga, dice que si se
pudiera utilizar esa energía, se le daría electricidad a unas 30.000
viviendas durante un día completo con la energía de un solo rayo.
Así que aunque los rayos son nuestros enemigos, también son nuestros
amigos, pues al menos han posibilitado la vida tal como la conocemos en
nuestro planeta La Tierra, además de otros posibles efectos
beneficiosos.
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