Algunos de los principales bancos y empresas financieras
estadunidenses, entre ellos Wells Fargo, Bank of America, Citigroup,
American Express y Western Unión, han lucrado durante años con el lavado
de fondos provenientes del narcotráfico y sólo pagan multas mínimas,
sin que ningún ejecutivo sea encarcelado cuando las autoridades logran
detectar el negocio ilícito.
En múltiples casos fiscalizados durante los últimos años, estos
bancos estadunidenses han confesado no haber cumplido con leyes y
regulaciones federales para controlar el lavado de dinero al participar
en las trasferencias de millones de dólares en fondos ilícitos
provenientes del narcotráfico mexicano.
Ese el caso de Wachovia Corp. antes el sexto banco del país, comprado
por Wells Fargo en 2008, y que ahora, fusionado con él es el banco con
más sucursales en Estados Unidos. Wells Fargo admitió ante un tribunal
que Wachovia no vigiló ni informó sobre actividades sospechosas de
lavado de dinero por narcotraficantes, incluyendo fondos para la compra
de por lo menos cuatro aviones en Estados Unidos, que transportaron un
total de 22 toneladas de cocaína. El otro banco involucrado en la
transferencia de fondos, con los cuales se compró uno de estos aviones
-un DC-9 que subsecuentemente fue confiscado en México con toneladas de
cocaína- fue Bank of America, reporta Bloomberg News.
Todo esto se reveló en un acuerdo judicial del banco con fiscales
federales, en marzo de 2010. En los documentos oficiales judiciales del
caso, revisados por La Jornada, Wachovia admitió que no hizo lo
suficiente para detectar fondos ilícitos en su manejo de más de 378.4
mil millones de dólares en sus negocios con casas de cambio mexicanas
entre mayo de 2004 y mayo de 2007.
De este total, Wachovia procesó por lo menos 373.6 mil millones en
transferencias electrónicas, más 4.7 mil millones en traslados de
efectivo, y otros 47 millones en depósitos de cheques internacionales.
No todos estos fondos están vinculados con el narcotráfico, pero, según
las investigaciones del Departamento de Justicia, miles de millones no
fueron sujetos a la vigilancia ordenada por la ley, y cientos de
millones de dólares de estos fondos sí han sido ligados directamente con
el narcotráfico.
Wachovia, violación récord
Por el volumen total de fondos que no fueron sujetos a la vigilancia
antilavado de dinero, el caso de Wachovia resulta ser la violación más
grande de la Ley de Secreto Bancario en la historia. Esa ley obliga a
los bancos a reportar a las autoridades toda transferencia de fondos en
efectivo mayor de 10 mil dólares, así como informar sobre toda actividad
sospechosa de lavado de dinero.
El fiscal federal en el caso, Jeffrey Sloman, declaró en marzo, al
anunciar el acuerdo con Wells Fargo: “la flagrante desatención de
nuestras leyes bancarias por Wachovia otorgó una virtual carta blanca a
los cárteles internacionales de cocaína para financiar sus operaciones
al lavar por lo menos 110 millones de dólares en ganancias de la droga”.
No es que nadie se haya fijado. El propio banco admitió ante el
tribunal que ya desde 2004 Wachovia reconoció el riesgo, pero a pesar de
las advertencias permaneció en el negocio, según los documentos
judiciales oficiales del caso revisados por La Jornada.
Ese negocio era el manejo y traslado de fondos de por lo menos 22
casas de cambio en México que tenían cuentas con Wachovia. Un ejemplo
citado en los documentos es el de la Casa de Cambio Puebla SA, cuyos
gerentes crearon empresas ficticias para los cárteles y, según el
Departamento de Justicia, lograron blanquear unos 720 millones a través
de bancos estadunidenses.
De hecho, fue el asunto de la Casa de Cambio Puebla el que detonó
esta investigación de las autoridades federales. Desde 2005 ya estaban
bajo investigación ciertas transferencias electrónicas de fondos a
cuentas de Wachovia, en sus sucursales en Miami, desde México por casas
de cambio, y estos fondos se utilizaban para comprar aviones destinados
al narcotráfico, informan los documentos judiciales del caso.
Por otro lado, durante ese periodo el director de la unidad
antilavado de dinero de Wachovia en Londres, Martin Woods, sospechaba
que narcotraficantes utilizaban al banco para mover fondos. Informó a
sus jefes, quienes le ordenaron dejar el asunto, y por ello renunció a
su puesto, reportó Bloomberg. Woods le dijo al servicio de noticias que
“es el lavado de dinero de los cárteles por los bancos lo que financia
la tragedia…. Si uno no ve la correlación entre el lavado de dinero por
los bancos y las 22 mil personas asesinadas en México, no entiende el
punto”.
Después de ser acusado de violar la ley, Wells Fargo, ahora dueño de
Wachovia, se comprometió en un tribunal federal de Miami a reformar sus
sistemas de vigilancia. Pagó 160 millones en multas, y si cumple con su
promesa las autoridades federales desecharán los cargos contra el banco
en marzo de 2011.
Esta práctica es común en estos casos y se llama acuerdo de
fiscalización diferida, por el cual un banco paga una multa, coopera con
la investigación y se compromete a no violar la ley otra vez.
Ningún empleado rehusó el soborno
En su reportaje, Bloomberg enumera varios casos más donde bancos
pagaron multas y cambiaron sus prácticas, pero no enfrentaron ninguna
consecuencia penal importante por sus acciones. Es el caso del American
Express Bank International de Miami, que pagó multas en 1994 y 2007; del
Bank of America, cuyas sucursales en Oklahoma City fueron utilizadas
para comprar aviones para narcotraficantes, así como también cuentas en
sus sucursales de Atlanta, Chicago y Brownsville, Texas, y también hay
casos documentados o bajo investigación sobre el uso de sucursales en
México de bancos extranjeros como Citigroup, HSBC y Santander.
Otro caso es el de Western Union, que a principios de este año pagó
94 millones para resolver una investigación criminal y civil del
procurador general de Arizona, después de que en una operación agentes
clandestinos de la policía estatal, disfrazados de narcotraficantes,
lograron sobornar en múltiples ocasiones a empleados de la empresa para
trasladar fondos de manera ilícita. En 20 oficinas diferentes de Western
Union ningún empleado rehusó jamás un soborno para permitir envíos bajo
nombres ficticios.
Se calcula que casi 30 mil millones de dólares en efectivo se mueven
de un lado a otro de la frontera mexicana con Estados Unidos, y una
parte de estos recursos se deposita en bancos de ambos países y bancos
internacionales, desde donde los fondos pueden ser trasladados por todo
el sistema financiero internacional.
(Con información del Clarín de Chile)
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