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viernes, 16 de marzo de 2018

LA CANDIDATURA PRESIDENCIAL DE HENRI FALCÓN


La candidatura presidencial del ex gobernador del estado Lara Henri Falcón, viene a ser un intento de una parte de la oposición venezolana para desalojar al Presidente Nicolás Maduro y la Revolución Bolivariana del poder después de 18 años de gobierno.
En las primeras de cambio este candidato opositor se enfrenta al grave problema de que la oposición extremista le sigue las líneas políticas a Washington, y han decidido mantener vigente el llamado abstencionista a su militancia con la idea de desestabilizar al gobierno del Presidente Maduro. Es ahí donde se focaliza uno de los principales puntos del discurso de Falcón, tratar de convencer a la misma oposición de que vale la pena su candidatura y que tienen la posibilidad real de ganarle al chavismo en las presidenciales.
En este sentido, Falcón resalta que todas las encuestadoras del país dan como resultado que la intención del voto del venezolano alcanza hasta el 70% de la población y que su candidatura representa “la salvación del país”. Según las cuentas que saca el candidato, el 90% de la población rechaza el actual Gobierno del Presidente Nicolás Maduro y por tanto tiene prácticamente asegurada la victoria electoral del 20 de mayo.
Al parecer Falcón tiene razón en parte de su análisis, sobre todo cuando sostiene que más del 70% de los electores tienen la intención de ejercer el voto en los próximos comicios presidenciales. Sin embargo, de los resultado que no habla Falcón son los presentados por la encuestadora Hinterlaces, donde el candidato de la oposición no la tendría todas consigo a la hora de las preferencias del electorado, veamos: Nicolás Maduro 51%; Lorenzo Mendoza 19%, Henri Falcón 11%, Leopoldo López 2%, Henrique Capriles 2%, Javier Bertucci 2%, María Corina Machado 1%, Henry Ramos Allup 1%, Claudio Fermín 1%, otros 2 %, Ninguno 6%.
Por otra parte, Falcón intenta reactivar las emociones de los militantes de la oposición hacia el camino del voto, asegurando que si bien “el Gobierno es autoritario”, tiene “secuestradas las instituciones”, “limita el ejercicio del voto”, “procura la división de la oposición”; no obstante, estas limitaciones pueden ser superadas con la “observación internacional calificada” de la Unión Europea, Caricom, Unasur, Mercosur, la ONU, entre otros, para generar confianza del proceso electoral en la población nacional y la comunidad internacional.
El segundo problema que se le presenta a la candidatura de Henri Falcón es la presentación de un programa de gobierno que convenza a la mayoría de venezolanos. Hasta el momento no ha dicho más que lugares comunes y propuestas escuetas que todos los líderes de la oposición ya han esgrimido en contra la revolución bolivariana, es decir, que estamos en una crisis económica producto de las políticas aplicadas por el Gobierno, que el Gobierno no tiene capacidad para salir de la crisis económica, que tenemos que hacer atractivo el país para que vengan los inversionistas internacionales, que tenemos que dolarizar los salarios, que debemos liberar a los “presos políticos”, etc.
Como tercer problema de la candidatura de Falcón está cómo lograr congraciarse con el imperialismo norteamericano, sin dejar en evidencia ante el pueblo venezolano que sus intereses son entreguistas y no soberanos.
Aun cuando es público y notorio que el presidente norteamericano Donald Trump ha desplegado esfuerzos para sabotear el proceso electoral venezolano, dada la gira realizada a los países con gobierno antichavistas en la región por el Secretario de Estado estadounidense Rex Tillerson, en las que llamó hacer frente común contra el gobierno de Maduro a través del Grupo de Lima, ordenó a Julio Borges darle una patada a la mesa de diálogo en República Dominicana y conmino a los Altos Oficiales de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana a darle un golpe de Estado al Gobierno legítimamente constituido, Henri Falcón ha anunciado una gira hacia los EE.UU. donde seguramente estará buscando el aval de la Casa Blanca para proseguir en su candidatura presidencial, teniendo como principal ofrecimiento la aplicación en el país de un modelo neoliberal que satisfaga las apetencias de los llamados inversionistas, como ya lo han hecho saber uno de sus directores de campaña Eduardo Semtei y su principal asesor económico y posible ministro de finanzas en su hipotético gobierno, el economista Francisco Rodríguez.           
Ahora bien, estas recetas enmascaradas de buenas intenciones con palabras rimbombantes como el “Programa de Ajuste Macroeconómico”, no son más que el pacto ofrecido al Fondo Monetario Internacional y Banco Mundial para privatizar las empresas del Estado, aumentar los precios de la gasolina, reducir la inversión social, eliminar las pensiones, liquidar las Misiones y Grandes Misiones, trasladar al “libre mercado” inmobiliario las cotizaciones de las viviendas construidas por la Gran Misión Vivienda Venezuela, etc.
Esta receta ya fue aplicada en Venezuela en el año 1989 durante al inicio del segundo mandato de Carlos Andrés Pérez y provocó el estallido social de grandes dimensiones mejor conocido como El Caracazo. También, estas medidas están siendo aplicadas en países con gobierno antichavistas de la región tales como la Argentina gobernada por Mauricio Macri, en Brasil gobernado por Michel Temer, en Colombia gobernado por Juan Manuel Santos, en Chile con Sebastián Piñera, en Perú de Pedro Pablo Kuczynski, México de Enrique Peña Nieto, entre otros, que tienen como denominador común el resguardo de los intereses económicos de las oligarquías y empresas transnacionales muy por encima de los intereses de los pueblos.  
En síntesis, lo que sucedería con un hipotético gobierno de Henri Falcón  es la destrucción de todo el estado de derecho y de justicia implantado por la Revolución Bolivariana, iniciado por el Comandante Chávez y que hoy continúa el Presidente Nicolás Maduro.

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