Páginas

miércoles, 21 de febrero de 2018

EL SABOTAJE A LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES 2018

Foto: Noticia Al Día y La Hora
Aun cuando es público y notorio que los dirigentes de la oposición venezolana y sus aliados de la derecha internacional, durante gran parte del año 2017 hicieron múltiples llamados para que el Gobierno Nacional adelantara las elecciones presidenciales, hoy nuevamente dan muestras de las profundas contradicciones discursivas que existen en el seno de llamada Unidad antichavista y que sus intenciones no son democráticas, aunque son enmascaradas con un discurso grandilocuente sobre la democracia, los derechos civiles y políticos, la alternancia del poder, etc.; sino que más bien están encaminadas a utilizar las vías anticonstitucionales y violentas, para arrebatar al chavismo el poder político que ejerce el Presidente Nicolás Maduro a nombre del pueblo venezolano desde el año 2013 y que ejercerá una vez reelecto para el período presidencial 2019-2025.

Eso queda demostrado con la nueva patada a la mesa de diálogo que Julio Borges le dio en República Dominicana, después de recibir una llamada telefónica desde Bogotá, dónde se encontraban reunidos el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el Secretario del Departamento de Estado de EE.UU. Rex Tillerson, justamente cuando todo estaba listo para firmar el acuerdo por la paz y la convivencia venezolana auspiciado por el Presidente de República Dominicana, Danilo Medina, el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y los cancilleres de México, Chile, Paraguay, Bolivia y Nicaragua.

¿Quién puede pensar que esta gira de Tillerson por Latinoamérica es casual?, yo no lo creo. El mensaje del funcionario estadounidense, durante su periplo por los países de la región con gobiernos antichavistas, tuvo dos aristas importantes en un discurso dirigido a los organismos internacionales (OEA y Grupo de Lima), la comunidad hispanohablante de EE.UU. y el resto de la región, y la FANB: primero para resaltar que no legitimarían las elecciones presidenciales del 2018 en Venezuela, a menos que estas no brindaran “garantías electorales para la oposición”, es decir, que el Gobierno compita en desventaja con la oposición; y segundo, señalar que Venezuela vive una “crisis humanitaria” a causa de un “gobierno dictatorial”, “hostil”, “corrupto”, que “dilapidó los recursos” de un “país rico” para hacerlo un “país pobre”. Con estos argumentos Tillerson buscaba apoyo político y justificaba así la posible intervención en Venezuela.

Bajo este contexto, Tillerson sin ningún tapujo exhortó a nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) a dar un golpe de Estado y derrocar al presidente legítimamente constituido: “En la historia de Venezuela y los países de América del Sur, muchas veces los militares son agentes de cambio cuando las cosas están muy mal y los líderes ya no pueden servir al pueblo”, dijo.               

Este escenario ya era visualizado al inicio del año por el Presidente Maduro. Durante el Mensaje Anual a la Nación el 15 de enero de 2018, advirtió que la oposición venezolana estaba “tramando una jugada para retirarse de las elecciones presidenciales”, que tendrán lugar el 22 de abril de los corrientes, según él llamado realizado por el CNE a petición de la Asamblea Nacional Constituyente.

Inmediatamente después de que Tillerson llamara a la FANB a dar un golpe de Estado contra el Presidente Maduro, se sumó el Senador Republicano por La Florida Marcos Rubio, quien manipulando el discurso de nuestro Libertador dijo que “siempre es noble conspirar contra la tiranía” y en un mensaje lleno de odio llamó abiertamente a los militares a “restablecer la democracia mediante la eliminación del dictador”. A esta sobrevenida manipulación del discurso libertario se unió la voz del presidente colombiano Juan Manuel Santos, quien como caja de resonancia a las líneas dictadas desde Washington citó que "una de las principales causas de los desastres en que se veía envuelta la República era la escandalosa dilapidación de sus fondos públicos”.

Como se puede ver, no es casual que las acusaciones de Tillerson y Rubio contra el Gobierno venezolano tengan eco en la postura de Santos, quien ahora vende su gestión en Colombia como comprometida en la lucha contra la corrupción, de esa manera justifican el redireccionamiento de los recursos que según Tillerson, EE.UU. podría disponer para ayudar a Colombia a enfrentar la “crisis humanitaria en Venezuela”, es decir, los dólares de EE.UU. para desestabilizar Venezuela ahora irán a Colombia para que pueda “soportar el peso de la crisis venezolana”, ¿Cómo tomará la oposición venezolana que parte de los dólares que EE.UU. tenía destinado para ellos ahora se los llevará el gobierno colombiano?.

Mientras tanto, en Venezuela los precandidatos de la oposición ya dan muestras de seguir al pie de la letra los mandatos del imperialismo estadounidense para sabotear las elecciones presidenciales. Andrés Velásquez fue el primero en decir que retiraba su candidatura por “falta de garantías electorales”. También se pudo conocer a través de algunos diarios de derecha que Lorenzo Mendoza no está interesado en participar en la competencia electoral, mientras que Henri Falcón y Henry Ramos Allup todavía no descartan ser los abanderados de la oposición, pero no participarían en las elecciones sin el respaldo de la llamada Unidad.   

La respuesta del Gobierno Bolivariano y del Presidente Nicolás Maduro han sido siempre consecuente con el llamado a la paz, al diálogo y el entendimiento, pero siempre firme en sus convicciones para enfrentar la arremetida nacional e internacional en contra de su imagen y su gestión de gobierno. Por un lado llamó a los revolucionarios a respetar todos los puntos del acuerdo comprometidos en República Dominicana, y en torno a las garantías electorales solicitadas por la oposición consintió la observación internacional, aperturar el consulado de Miami y todos los consulados de Venezuela en el mundo para que los venezolanos en exterior puedan inscribirse en el registro electoral.

Por otra parte, denunció ante la comunidad internacional del falso positivo que están creando desde Colombia con el entrenamiento de algunos disociados venezolanos, para ser utilizados en ataques simulados como si fueran miembros del ejército venezolano y de esta manera el Pentágono y el Comando Sur de EE.UU. tengan la excusa necesaria para crear un conflicto armado entre Venezuela y Colombia. En este sentido instruyó al Ministro de Defensa G/J Vladimir Padrino López, reunirse con el Ministro de Defensa de Colombia, Luis Carlos Villegas, aclarar el tema y desactivar lo más pronto posible este nuevo plan conspirativo.

Asimismo, aunque el Presidente Maduro admitió tener grandes diferencias políticas, éticas y de ser totalmente distinto en todos los aspectos de la vida al presidente colombiano Juan Manuel Santos, también reconoció que mientras Santos sea el presidente de Colombia y el sea el Presidente de Venezuela estaban obligados a reunirse por la paz de los dos países.    


No hay comentarios.:

Publicar un comentario