CUMBRE DE LAS AMÉRICAS Vs. RESULTADOS DE LAS ENCUESTAS

• ·       El Barranco de Las Américas

La Cumbre de Las Américas fue un rotun

do fracaso para la oposición venezolana y el imperialismo estadounidense, quienes vieron en el cónclave la posibilidad de seguir presionando fáctica y mediáticamente en contra del Gobierno venezolano y las elecciones presidenciales que tendrán lugar el próximo 20 de mayo de 2018 en nuestro país. Sin embargo, las inasistencias del presidente Nicolás Maduro, del actual jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, y del “bombardeo humanitario” realizado por Estados Unidos contra Siria dejaron a la Cumbre sin el protagonismo mediático necesario para poder intensificar el daño a la imagen y gestión de Maduro.

No obstante, la oposición venezolana y la conjura internacional contra Venezuela siguen adelante con el objetivo de obstaculizar la agenda electoral, firmando un documento en el que establecen la hoja de ruta para “restaurar la democracia en el país”. En el documento advierten que para que las elecciones del 20 de mayo sean consideradas legítimas y reconocidas por los países del llamado Grupo de Lima, el Presidente Maduro debe realizar “elecciones libres, justas, transparentes, democráticas, sin presos políticos y con la participación de todos los actores políticos”.

También aprobaron el llamado “Compromiso de Lima” con el cual los países con gobiernos antichavistas de la región, promoverán medidas para “luchar contra la corrupción en los países del hemisferio occidental”. En este sentido se puede observar el acatamiento de estas líneas políticas emanadas desde Lima por parte del sector opositor venezolano, toda vez que actores políticos y formadores de opinión tales como: Simón Calzadilla, Juan Guaidó, Juan Carlos Apitz, Winston Flores, José Vicente Haro, entre otros; inmediatamente se cartelizan e inician una serie de denuncias donde tratan de vincular directamente al Presidente Maduro con los presuntos actos de corrupción cometidos en Venezuela por la empresa constructora Odebrecht, retomando así el caso introducido en la palestra pública  el pasado 19 de febrero de 2018 por la ex Fiscal General de la República Luisa Ortega Díaz, quien acudió ante el “Tribunal Supremo de Justicia en el exilio” para solicitar un antejuicio de mérito contra el Presidente Maduro, aprobada por la Asamblea Nacional en desacato el martes 17 de abril de 2018 por los delitos de corrupción propia y legitimación de capitales, supuestamente cometidos por el Mandatario durante la campaña presidencial del año 2012 tras “recibir dinero” de la constructora para financiar la candidatura del Comandante Hugo Chávez.      

Estas acciones de la oposición iniciadas por la exfiscal prófuga de la justicia venezolana y por un TSJ espurio, írrito e ilegal constituido en el exterior, serían risibles si no tuvieran como agravante la solicitud de la emisión de una de orden de captura internacional a la Interpol contra el Presidente legítimamente constituido Nicolás Maduro, y si no hubieran los antecedentes de secuestros contra otros mandatarios de la región como por ejemplo Jean-Bertrand Aristide (Haití 2004) y Manuel Zelaya (Honduras 2009), obligados por los militares a dejar sus gobiernos y abandonar sus respectivos países con el apoyo de Estados Unidos y la Unión Europea en su momento.     

Por otra parte, otros apátridas de la oposición como son Julio Borges, Luis Florido, Antonio Ledezma, Carlos Vecchio, entre otros; mantienen vigente la agenda de agresión contra Venezuela solicitando internacionalmente que se agudicen las sanciones económicas contra nuestro país, una especie de chantaje que pretenden imponerle a la población que busca impedir la compra de medicinas, alimentos y la satisfacción de otras necesidades básicas mientras se mantenga gobernando la revolución bolivariana, es decir, lo que no pueden hacer a través de la democracia y los votos pretenden hacerlo a través de la presión internacional, la guerra económica y la entrega del país a las potencias extranjeras. 

• Los resultados de las encuestas

A poco más de 30 días para que tengan lugar las elecciones presidenciales del 20 de mayo, pudiera decirse que los resultados de casi todas las encuestadoras del país dan como ganador al candidato por la reelección presidencial Nicolás Maduro, muy a pesar de la campaña abstencionista de una parte radicalizada de la oposición que decidió no participar y boicotear las elecciones, y de la oferta engañosa de la otra parte de la oposición que decidió participar ofreciendo la dolarización de la economía nacional y la privatización de las empresas del Estado para supuestamente mejorar las condiciones de vida de los venezolanos.

No obstante, los últimos estudios de opinión presentados por la encuestadora Hinterlaces 52% de los consultados votaría a favor de Maduro, 22% lo haría a favor de Henri Falcón y 14% lo haría a favor de Javier Bertuccci. Los resultados presentados por la encuestadora Consultores 21 arrojan una polarización del voto a favor de Maduro con un 56%, mientras que Henri Falcón solo acapara el 40% de la intención del voto. En la misma línea la encuestadora Delphos sostiene que la balanza electoral favorece a Nicolás Maduro con el 42% de la intención del voto, a favor de Henri Falcón se mueve el 32% del electorado, mientras que solo el 12% lo haría a favor del candidato Javier Bertucci.

En el contexto regional y global la imagen de Maduro tiene una mayor respaldo que las presentadas por otros presidentes en ejercicio, tales como: Mariano Rajoy, Enrique Peña Nieto y Juan Manuel Santos, quienes no pasan del 15% de popularidad en sus respectivos países.

Teniendo en cuenta que las condiciones electorales exigidas por la oposición para participar en las elecciones presidenciales son sustancialmente mejores que las presentadas durante las elecciones parlamentarias del 2015, en las que oposición obtuvo la mayoría de escaños en disputa, queda en evidencia que la pérdida de intención de voto a favor de la oposición tiene como corolario los propios errores cometidos por la dirigencia antichavista, tales como su llamado a las guarimbas del 2017 con el argumento de que el cambio del gobierno de Maduro era inminente, así como su actual llamado a la abstención.