Si le quiere regalar algo a una monarca que tiene casi todo no piense en un yate, por lo menos no en uno que esté pagado con fondos de los contribuyentes.
Ese fue el mensaje del lunes cuando una pequeña ola de apoyo a la idea de que la reina Isabel II tuviera un nuevo yate para su Jubileo de Diamante fue detenida rápidamente por el primer ministro David Cameron.
Se calcula que el nuevo yate podría costar unos 60 millones de libras esterlinas (92 millones de dólares)
El vocero de Cameron Steve Field dijo que no sería apropiado que se gastaran fondos públicos en un yate nuevo ante el clima económico adverso, pero dijo que el gobierno apoyará las iniciativas privadas para darle a la reina un nuevo barco.
También reconoció que los ministros han recibido planes para recaudar dinero para una embarcación privada y que el gobierno "reaccionará favorablemente" a un plan en concreto.
"Hay varias propuestas para un yate con fondos privados", dijo Field.
A Cameron también le han presentado propuestas y el gobierno británico podría tener algún papel para facilitar la construcción de una nueva embarcación real, aunque no se usara dinero de los contribuyentes.
"No creo que alguien esté sugiriendo que se use dinero público para esto", dijo Field a los reporteros el lunes. "Esta es una situación económica difícil y hay pocos recursos públicos, así que no consideramos que sea adecuado usar dinero público".
La idea de un nuevo yate real fue propuesta por el secretario de Educación Michael Gove, quien sugirió, en una carta filtrada, que la reina recibiera un reemplazo del Yate Real Britannia, el cual dejó de navegar en 1997 tras 44 años como residencia real flotante, famosa por alegar a la reina.
Las autoridades del palacio de Buckingham dijeron que no harán comentarios sobre el asunto.
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