Hace algo más de ocho meses, el 21 de febrero del presente año, afirmé con plena convicción: “El plan de la OTAN es ocupar Libia”. Bajo ese título abordé por primera vez el tema en una Reflexión cuyo contenido parecía fruto de la fantasía.
Incluyo en estas líneas los elementos de juicio que me llevaron a esa conclusión.
“El petróleo se convirtió en la principal riqueza en manos de las grandes transnacionales yankis; a través de esa fuente de energía dispusieron de un instrumento que acrecentó considerablemente su poder político en el mundo”.
“Sobre esa fuente de energía se desarrolló la civilización actual. Venezuela fue la nación de este hemisferio que mayor precio pagó. Estados Unidos se hizo dueño de los enormes yacimientos con que la naturaleza dotó a ese hermano país.
“Al finalizar la última Guerra Mundial comenzó a extraer de los yacimientos de Irán, así como de los de Arabia Saudita, Iraq y los países árabes situados alrededor de ellos, mayores cantidades de petróleo. Estos pasaron a ser los principales suministradores. El consumo mundial se elevó progresivamente a la fabulosa cifra de aproximadamente 80 millones de barriles diarios, incluidos los que se extraen en el territorio de Estados Unidos, a los que ulteriormente se sumaron el gas, la energía hidráulica y la nuclear”.
“El derroche del petróleo y el gas está asociado a una de las mayores tragedias, no resuelta en absoluto, que sufre la humanidad: el cambio climático.”
“En diciembre de 1951, Libia se convierte en el primer país africano en alcanzar su independencia después de la Segunda Guerra Mundial, en la que su territorio fue escenario de importantes combates entre tropas alemanas y del Reino Unido…”
“El 95 % de su territorio es totalmente desértico. La tecnología permitió descubrir importantes yacimientos de petróleo ligero de excelente calidad que hoy alcanzan un millón 800 mil barriles diarios y abundantes depósitos de gas natural. […] Su riguroso desierto está ubicado sobre un enorme lago de agua fósil, equivalente a más de tres veces la superficie de Cuba, lo cual le ha hecho posible construir una amplia red de conductoras de agua dulce que se extiende por todo el país.”
“La Revolución Libia tuvo lugar en el mes de septiembre del año 1969. Su principal dirigente fue Muammar al-Gaddafi, militar de origen beduino, quien en su más temprana juventud se inspiró en las ideas del líder egipcio Gamal Abdel Nasser. Sin duda que muchas de sus decisiones están asociadas a los cambios que se produjeron cuando, al igual que en Egipto, una monarquía débil y corrupta fue derrocada en Libia.”
“Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días.
“Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro…”
“Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad.
“Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio.
“A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo. ¡Hay que denunciarlo!”
En esa temprana fecha me había percatado de lo que era absolutamente obvio.
Mañana martes, 25 de octubre, hablará nuestro canciller Bruno Rodríguez en la sede de las Naciones Unidas para denunciar el criminal bloqueo de Estados Unidos contra Cuba. Seguiremos de cerca esa batalla que pondrá en evidencia una vez más la necesidad de poner fin, no solo al bloqueo, sino al sistema que engendra la injusticia en nuestro planeta, dilapida sus recursos naturales y pone en riesgo la supervivencia humana. Prestaremos atención especial al alegato de Cuba.
Proseguirá el miércoles 26.
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