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domingo, 24 de octubre de 2010

VENEZUELA: La “Oíl Repúblic.”

Por Harrys Velásquez

VENEZUELA: La “Oíl Repúblic.”

El petróleo, ya desde la antigüedad aparece de forma natural aproximadamente hace unos seis mil años en regiones de oriente medio como Asiria y Babilonia. Se usaba como pegamento para ladrillos y piedras, en las embarcaciones para evitar la entrada de agua por entre sus tablas de madera, para engrasar las pieles, para la pintura, como combustible, entre otras.

En Venezuela antes de la llegada de los españoles, los indígenas lo denominaban con el nombre de Mene. Lo utilizaban para la impermeabilización de las canoas y también para la creación de fuego para alumbrar en la oscuridad. Para 1799, el ilustrado Alejandro de Humboldt, encontraba un manantial de petróleo de la península de Araya. Humboldt hizo la primera descripción metódica de los depósitos de asfalto de Venezuela, describió las maneras en que eran utilizadas por los indígenas y su aprovechamiento de la brea y del asfalto. Además, preparó la primera lista de depósitos naturales de asfalto de la zona costera ubicada entre Trinidad y Maracaibo.

El 24 de octubre de 1829 El Libertador Simón Bolívar había promulgado desde Quito, un decreto contenido de treinta y ochos artículos donde se garantizaba la propiedad nacional sobre todas las minas, incluyendo las de hidrocarburos, estableciéndose la jurisprudencia que más tarde permitiría a Venezuela mantener la soberanía sobre la propiedad de los recursos del subsuelo.

En 1830 en el Mojan Estado Zulia, un grupo de personas explorando las riberas del rio Sucuy en la sierra de Perijá, se sorprendieron con un brote de gas natural encendido, confundiéndolo con un volcán que los asustó grandemente. En 1839 el Doctor José María Vargas, a raíz de un análisis realizado sobre Betijoque en el Estado Trujillo y de Pedernales en el Estado Sucre, considera que las minas de carbón mineral y de asfalto en Venezuela son mucho más significativas en la próxima generación de riquezas para el país que la plata y el oro.

La importancia del petróleo para la sociedad, con los limitados usos de la iluminación y calefacción entre otras utilidades, cambió drásticamente en el desarrollo del siglo XX, cuando el motor de combustión interna hace su aparición. Así, el petróleo adquiere una descomunal importancia para la producción industrial y el transporte.

En Venezuela comienza la explotación de petróleo a partir de 1875, después que un terremoto abriera en grietas las tierras sobre la cual se situaban la hacienda “La Alquitrana”, propiedad del señor Antonio Pulido quién pronto conforma la primera compañía petrolera en Venezuela para la explotación industrial de la materia prima.

A la caza de los mercados

En 1883 se da en Venezuela la primera concesión de asfalto con la entrega del Lago Guanoco en el oriente del país, considerada para entonces el más grande deposito natural de asfalto del mundo. La concesión fue otorgada a un ciudadano estadounidense de nombre Horacio Hamilton, quién prontamente cedió sus derechos al trust del asfalto The New York and Bermúdez Company. La empresa trasnacional se había limitado sólo a recoger y exportar el mineral sin cumplir con sus compromisos contractuales, entre los que estaban la canalización de los ríos Colorado y Guapiche. (Betancourt, 2007, pág. 4 y 5).

En 1899 el General Cipriano Castro está en el poder y exige a la trasnacional el cumplimiento de sus obligaciones. Enseguida deviene un conflicto. La compañía antes de ceder a los reclamos del gobierno, financió un movimiento armado de oposición al gobierno denominado “La Revolución Libertadora”. EL conflicto culminó con un rotundo fracaso para sus organizadores y una demanda de Venezuela contra la trasnacional, decretando el secuestro precautelativo del rico lago de asfalto. (Betancourt, 2007, pág. 5) Se hizo presente entonces la llamada diplomacia del dólar. La Cancillería norteamericana no tenía ningún empache en intervenir directamente en la vida política de los países latinoamericanos. La defensa del trust del asfalto la asumió el ministro de los Estados Unidos en Caracas, el señor Bowen. El ministro “urgía a la Casa Blanca para que pusiera en ejecución el Plan Parker”. (Betancourt, 2007, pág. 8) Éste era sencillo: desembarcar los infantes de marina y capturar a Castro, ocupar las aduanas y establecer un gobierno provisional made in USA. Pero en vez de navíos de guerra, llegó a Venezuela un comisionado directo de la Casa Blanca, el juez Calhoun, encargado de hacer las investigaciones legales. No se conoció su dictamen, pero resulta evidente que no favorecía a los concesionarios. Hubo un repliegue en la inicial agresividad del Departamento de Estado y se habló de someter la disputa a un arbitraje. El proyecto de protocolo lo redactó en Washington por el propio abogado de la compañía, donde sólo se contemplaba el reintegro puro y simple a The New York and Bermúdez Company lo que consideraban su lago de asfalto. Caracas rechazó el arreglo y la compañía de asfalto se vio condenada por los tribunales venezolanos a una indemnización de Bs. 24.178.138,47. Ya se presentarán otras oportunidades para el desquite de la diplomacia norteamericana contra Castro.

Pero el petróleo no sólo era codiciado por los empresarios norteamericanos. En Europa, el Holandés Henry Deterding había trabajado en la Netherlands Trade Company, la cual “adquiría el café de Juan Vicente Gómez, compra cosechas locales, vende artículos europeos y realiza operaciones de crédito”. (Rangel, 1975, pág. 181) Posteriormente, la Roya Dutch, es una empresa petrolera instalada por J.B. Kessler para extraer el petróleo en Indonesia y aprovechar los mercados de China y Japón, que “con sus lámparas de kerosene que Rockefeller regala entre los aldeanos para convertirlos en clientes”. (Rangel, 1975, pág. 181), representan el mejor mercado de petróleo mundial y fuente de la riqueza de Rockefeller que tanto Kessler y la Roya Dutch envidia para sí. El empresario supone que Henry Deterding es el hombre perfecto para organizar la producción y la venta del combustible en el extremo oriente, ya que allí había triunfado con el café, la quina y las especies.

Deterding entra al negocio petrolero llevando kerosene a China y Japón. Sólo tres años le bastaron, de 1886 a 1889, para adueñarse del mercado. Cuando el siglo XIX expira, la Royal Dutch tiene una posición privilegiada en el mercado Chino. J.B. Kessler se ha retirado y deja el camino libre a Deterding en la presidencia de la Royal Dutch.

En el mundo se están produciendo hechos significativos en el área económica y militar que darán a l petróleo una importancia estratégica mundial. “Entre 1885 y 1895 los franceses Armand Peugeot y René Panchard y los alemanes Gotlied Daimler y Karl Benz han inventado el automóvil”. (Rangel, 1975, pág. 182) El automóvil con motor que quema petróleo se impone ante los artefactos movidos por electricidad. En 1897 el alemán Rudof Diessel inventa el motor que utiliza combustible hacho a base de petróleo. Aquel instrumento desplazará las viejas calderas de carbón. Deterding observa el panorama petrolero mundial con codicia. Piensa que el petróleo será el bien más escaso en el mundo ya que el automóvil consumirá millones de barriles. En 1903 reflexiona nuevamente, los hermanos Wright vuelan con una máquina con motor a gasolina, el avión es otro gran consumidor de petróleo y el motor diesel desplaza al carbón en los barcos de todas clases.

En 1905 aparecerá el experimento que definitivamente darán razón a los pensamientos de Deterding, haciendo que el petróleo el bien más codiciado del mundo. En Detroit, Henry Ford da a conocer su modelo T que le fabrican los hermanos Dodge, iniciándose así la producción en serie del automóvil como medio de transporte. “Más barato que un semental, dirá su creador con acento orgulloso”. (Rangel, 1975, pág. 183)

Deterding ansía dominar el negocio petrolero a nivel mundial, pero la Royal Dutch apenas produce en el mercado de Indonesia y carece de flota propia. El magnate intuye que para dominar el mercado mundial será necesario extender los campos de operación de la compañía a varios continentes y contar con una flota propia. El presidente de la Royal Dutch rastrea en su mente el mapa del mundo, necesita primero obtener campos de producción. Indonesia resulta pequeño si se piensa en las proporciones del mercado futuro, que los adelantos tecnológicos proporcionan al petróleo para la producción a escala gigantesca. Aviones, automóviles, ferrocarriles, barcos, armas, todo girará alrededor del petróleo, el carbón desaparecerá. ¿Pero dónde puede conseguir la Royal Dutch los campos requeridos para adueñarse del mercado mundial?

En 1901 Deterding se acerca a los Rothschild de París y les propone una asociación ofreciéndoles su experiencia petrolera y un importante mercado en el extremo oriente. Los Rothschild y la Shell por su parte han tenido que soportar la competencia norteamericana en Europa. La proposición es aceptada y surge una asociación secreta, constituyéndose la Asia Petroleúm con reparto de las acciones a mitad. Los negocios de la Royal Dutch prosperan entre 1903 y 1907, aún no ha llegado el dominio pleno del automóvil y el kerosene es el primer producto de destilación, en las refinerías se vota la gasolina por inútil. Hacia 1907, Marcus Samuel dueño de la Shell tiene tentación por incursionar en la vida política y negocia con Deterding la asociación de la Royal Dutch Shell.

Sin embargo Deterding no está satisfecho, hay que buscar otros campos o la Royal Dutch Shell seguirá siendo una compañía modesta, dice Deterding. Hay que enfrentarse a los más poderosos para dominar de verdad, es decir, hay que hacerle frente a Rockefeller y su Standard Oíl. La oportunidad se presenta a Deterding desde un país del cual jamás ha oído hablar. Allí ha ocurrido un golpe de estado el 19 de diciembre de 1908 que termina el gobierno del “monito Villano” (Betancourt, 2007, pág. 6), como llama Teodoro Roosevelt al entonces Presidente de Venezuela Cipriano Castro, y entronizándose en el poder su compadre y Vicepresidente General Juan Vicente Gómez.

Desde mediados de 1909 llegan a Caracas John Tregelles y N.G. Burch, son los emisarios de la Compañía General Asphalt, matriz de la New York and Bermúdez Company que ahora gozan de la buena acogida de los círculos oficiales. El 12 de diciembre de 1909 el Ministro de Fomento, Gral. Rafael María Carabaño les otorga una concesión de veintisiete millones de hectáreas para buscar petróleo. El 14 de julio de 1910, el Ministro Bernabé Planas otorga a Max Valladares una concesión que abarca al Lago Guanoco, el Distrito Benítez del Estado Sucre y al Municipio Pedernales del Territorio Delta Amacuro. La concesión pasa inmediatamente a manos de la General Asphalt.

En enero de 1912, el mismo Dr. Valladares “hace un milagro de velocidad forense”. (Rangel, 1975, pág. 190) El 2 de ese mes solicita se le otorgue la concesión Tregelles que el gobierno ha declarado caduca. El 10 de diciembre de 1911, en menos de treinta días, el Dr. Aquiles Iturbe Ministro de Fomento, acuerda el 4 de enero la concesión de veintisiete millones de hectáreas, sólo le bastan dos días para las consideraciones y aprobarla. La General Asphalt quiere pasar del asfalto al petróleo, ya en los Estados Unidos hay un millón de automóviles y la flota de la marina de guerra está cambiando sus carburantes de carbón por petróleo.

La General Asphalt envía a sus geólogos a Venezuela, se invierten un millón y medio de dólares que es lo que ha costado sobornar a los funcionarios venezolanos, pero la General Asphalt tiene dificultades financieras por la inversión que todavía no produce retorno. La Compañía hace proposiciones de asociarse a los grandes magnates norteamericanos: Rockefeller, Mellon, Pew, Sullivan. Todos ellos rechazan la oferta porque “hay demasiado petróleo en los Estados Unidos”. (Rangel, 1975, pág. 192) Más tarde se arrepentirían de no haber aceptado la propuesta. Nadie quiere invertir en el petróleo venezolano porque el país es problemático. Los inversionistas rehúyen la inseguridad de las guerras civiles y de las revoluciones, y en Venezuela ese es su pan de cada día. Sólo les queda un recurso, Deterding y la Royal Dutch Shell. En 1913 se reúne el directorio de la Royal Dutch Shell en sus oficinas de Londres. Samuel se opone por las razones antes expuestas, sin embargo Deterding no dejará pasar la oportunidad que le ofrecen 200.000Km cuadrados para operaciones petroleras. Se constituye de inmediato una compañía denominada Burlington Investment en los Estados Unidos, la cual a través de la Caribbean Petroleúm Company, controla La General Asphalt y las concesiones venezolanas.

La lucha de las trasnacionales por Venezuela

Las empresas trasnacionales tienen su origen en el comercio internacional de finales del siglo XIX, pero que resurgió poderosamente después de la II Guerra mundial. La razón principal de su aparición es la saturación de los mercados de los países desarrollados y la maximización del lucro que dio origen a la concentración económica. Dentro de sus múltiples causas de su aparición, debemos considerar la incesante necesidad de aumentar la producción que logrará la reducción de costos, lo que implicaba necesariamente una ampliación del mercado con su creación en el extranjero. También el desarrollo tecnológico ha incidido en su consolidación, ya que dota de una amplia ventaja tecnológica frente a sus competidores que le permite la colocación de sus productos en el extranjero en mejores condiciones que los productos del mercado local. Otra causa considerable se encuentra en la reducción de los costos de producción que representa la mano de obra barata de los países extranjeros respecto de su propio país. Por último hay que considerar el beneficio que significa la eliminación de las barreras arancelarias que limitan la exportación y la obtención de ganancias desorbitantes.

Dentro de la naturaleza jurídica de las empresas trasnacionales existe una notable similitud con las Corporaciones, ya que dejan de ser unidades económicas que realizan sus transacciones comerciales privadas, para convertirse tanto en un método de tenencia de la propiedad, como de organización de la vida económica. Las características más destacadas de las grandes corporaciones capitalistas moderna se refleja en cuatro aspectos fundamentales: a) el gran tamaño de la empresa, b) diferenciación entre el control y la propiedad de la empresa, c) su intervención en los procesos económicos y su comportamiento oligopólico, y d) su vinculación internacional a una red de grupos económicos y de interés.

En Venezuela desde julio de 1914, el petróleo hace de los Gómez, los Lecúna, los Pocaterra, los Delgado Chalbaud, las marionetas de “la city Rockefeller center”. (Rangel, 1975, pág. 373) Pero también serán los representantes del drama de todos los pueblos de Latinoamérica, la pérdida de la soberanía. Para 1919, El Departamento de Estado y el Departamento de Comercio de los Estados Unidos saben, como también lo sabe Deterding, que las reservas norteamericanas de petróleo no son suficientes para sostener el ritmo avasallante de la demanda de aquel país y menos del mundo entero. El automóvil es el medio de trasporte más solicitado en las ciudades de América del norte y de Europa. Toda la revolución tecnológica prevista por Deterding se ha consumado, la humanidad toda ve desaparecer ante sus ojos al rey carbón del siglo XIX y presencian en ascenso al trono del nuevo monarca el petróleo.

Para el Departamento de Estado parece evidente en 1919, meses antes de culminar la primera guerra mundial, la insuficiencia de las reservas norteamericanas para autoabastecerse en un futuro próximo. Buscar y asegurar en todo el planeta las reservas de petróleo es la nueva doctrina en la política exterior norteamericana. Los norteamericanos piensan que los ingleses les han ganado la partida y les han arrebatado el petróleo. En todos los países con excepción de los Estados Unidos, predominan los británicos. Tienen Irán y México, entraron a California, dominan Indonesia y comparten con los franceses Irak. Y en América del sur son los dueños de Venezuela. Se preguntan los gringos ¿Para qué hemos hecho la guerra?

Gran Bretaña parece ser la vencedora si se considera que la guerra se había hecho en parte, para mantener el control de las zonas con reservas de petróleo. En adelante tendrán que negociar los precios con los ingleses. En Nueva York Rockefeller también mira con preocupación el panorama mundial, la Standard Oíl se encuentra dividida en varias compañías y sólo se limita al mercado de los Estados Unidos, donde ya la competencia de la Gulf y de la Texaco son motivos de alarma. Deterding ha ganado la partida, “el petróleo no será de Rockefeller sino de Deterding.” (Rangel, 1975, pág. 374)

Meses después, ocurrirá en Venezuela acontecimientos que proporcionaran el desquite a los norteamericanos. El Ministro de Fomento tenía que solicitar a La Caribbean Petroleúm y a la Colón Development Company, ambas filiales de la Shell, la devolución de los lotes petroleros que no fuesen necesarios dentro de sus concesiones, ya que en 1915 culminaba el plazo legal y los lotes retornaran al patrimonio nacional. Las empresas alegaron la indivisibilidad de sus concesiones porque eran indispensables para sus trabajos de exploración y explotación, devolver los lotes significaba eliminar el sistema de concesiones.

El diferendo entre las dos compañías y el gobierno venezolano pasó a la corte Federal de casación. El procurador General de la Nación mantiene la reversión de los lotes ociosos. “Gómez sugiere a la Shell pagar tres millones ochocientos mil bolívares desde 1915 o renunciar a las concesiones incriminadas.” (Rangel, 1975, pág. 375) El 11 de junio de 1920 la Corte falla a favor de la Nación. Sin embargo el 15 de febrero de 192, la Shell y el gobierno de Venezuela llegan a un acuerdo absolutamente ilegal, ya que desconoce la sentencia del máximo tribunal de la República, y devuelve a las compañías británicas las concesiones en litigio. ¿Qué pasó? T.S. Doyle, quién desde 1920 es representante de la Shell, antes había sido el representante de los norteamericanos, todas las semanas va a Maracay, conoce los platos criollos, va de paseo en automóvil con Gómez por las fincas del general. “Oh, General, usted tiene que mejorar estos rebaños de vacas” (Rangel, 1975, pág. 375) Semanas más tarde míster Doyle entrega personalmente el primer lote de novillas Pardo Suiza con la cual Juan Vicente Gómez inicia el mestizaje del ganado venezolano. “Yo mismo le ordeño las vacas” (Rangel, 1975), se apresura a decir Doyle. “¿Cómo le parece?, dice Gómez a Graciliano Jaimes su jefe de Edecanes, el musiú sabe ordeñar”. (Rangel, 1975, pág. 376)

Pero a Maracay también acuden Preston Mac Gowin, Ministro de Estados Unidos en Caracas. El general Gómez le apoda “El Pisco” (Rangel, 1975), porque le recuerda los pavos de la mulera. “El Pisco” le plantea a Gómez la necesidad de decretar la reversión de los lotes no explotados por las compañías británicas. Las empresas norteamericanas estarían dispuestas a pagar buenos dividendos y tomarlas inmediatamente. Para tentar a Gómez, el norteamericano sugiere pagar buen dinero si obtienen las concesiones inglesas.

Doyle conociendo el peligro y la presión que el Departamento de Estado ejerce sobre el Benemérito, piensa y razona como todo un venezolano, “aquí se necesita una marramuncia”. (Rangel, 1975) Sugiere a Deterding traspasar a empresas ficticias que se registran en Estados Unidos, el control de las dos compañías: La Caribbean y la Colón, que están incriminadas por la justicia venezolana. Cuando Mac Gowin vuelve a Maracay, Gómez le dice que el problema está resuelto ya que las empresas en cuestión pertenecen al Carib Syndicate registrado en Estados Unidos, y así se apacigua el problema diplomático.

Gómez ha aprendido la lección, “los musíues son tan pícaros cómo cualquier político venezolano y hay entre ellos rivalidad y zancadillas”. (Rangel, 1975, pág. 377) Hay que ponerlos a pelear para poder beneficiarse de ellos, piensa Gómez. Y entre 1920 y 1929, “viene la gran danza de millones con los lotes petroleros. La ley ordena a los concesionarios a devolver los lotes que no necesiten para sus explotaciones, con la finalidad de constituir reservas nacionales que garanticen el provenir del país.

Las empresas británicas tienen que devolver los lotes que no tienen operando y que están en su posesión desde 1920. Es allí donde los norteamericanos van a saciar su sed de venganza, arrebatándoles a los ingleses su dominio en Venezuela. la Caribbean, la Colón y la Venezuela Oíl Conceessions, conocidas como “las tres hermanas” (Rangel, 1975) británicas del trust de Deterding, deciden traspasar a la Nación los lotes ubicados en el Lago de Maracaibo, suponen que la zona no tiene reservas, porque saben que los norteamericanos se adueñaran de los territorios.

Es así como con la concesión marítima del Lago de Maracaibo y sus fajas selváticas darán a los norteamericanos el imperio petrolero venezolano que antes poseían los ingleses. En los años que van desde 1920 a 1928, el mundo presencia las controversias petroleras entre ingleses y norteamericanos, pero Gómez se inclina a favor de los norteamericanos porque sabe muy bien que ellos son el sostén del férreo poder que sostiene en Venezuela desde 1908.

En 1930 Gumersindo Torres, Ministro de Fomento nuevamente, polemiza otra vez con las compañías, ahora es por la Ley de Boyas. Las compañías están exoneradas de impuestos los cuales son superiores de lo que ellas pagan al fisco nacional por las concesiones de tierras. Es la primera vez que los venezolanos leen en la prensa nacional sobre el petróleo desde un punto de vista nacionalista. Pero las compañías, que desde 1928 habían sellado el acuerdo de Achnacarry por la cual la Standard de Nueva Jersey, la Shell y la Anglo-Persian, forman el cartel mundial del petróleo. Con la crisis de 1929 se les suman otras compañías al cartel, conformando entonces la llamada siete hermanas. Hacen que destituyan al Ministro Torres en Venezuela el 13 de julio de 1931, se distribuyen las zonas de consumo, fijan los precios y acuerdan un sistema de control y vigilancia sobre el mercado mundial. De ahora en adelante cada país producirá lo que decida el cartel del petróleo, se unifican los precios en el mundo entero, las ganancias son controladas y las compañías adoptan una misma posición frente a los países productores. “La regla Gulf-Plus” (Rangel, 1975), aparece como principio fundamental para determinar los precios del petróleo. Éste cartel mundial sólo encontrará una respuesta apropiada treinta y dos años después con la creación de la OPEP. En 1934, Deterding conocerá por fin Venezuela y estará satisfecho con Gómez pues representa un gobierno sano y constructivo para los intereses extranjeros.

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

Betancourt, R. (2007). Venezuela Política Y Petróleo. Caracas: Academia de Ciencias Políticas Y Sociales, Universidad Católica Andrés Bello, Fundación Rómulo Betancourt.

Rangel, D. A. (1975). Gómez, El Amo del Poder. Valencia: Vadell Hermanos Editores.

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