Los equipos de emergencia trabajan a contrarreloj en Hungría para evitar que el lodo tóxico vertido desde una fábrica avance hasta el río Danubio.
El desecho, que contiene una mezcla de metales pesados además de grandes cantidades de soda cáustica, contaminó seis pueblos y parte de una ciudad y provocó la muerte de cuatro personas.
Las autoridades húngaras emprendieron una investigación criminal para conocer las causas del derrame y realizaron pruebas en los ríos de la zona para saber si el vertido se está extendiendo hacia el Danubio.
La Unión Europea y grupos ambientalistas expresaron su preocupación de que el segundo río más largo de Europa se vea perjudicado.
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