Han sido numerosas las ocasiones en las que se han difundido diferentes versiones del posible ataque contra la República Islámica supuestamente filtradas desde los servicios secretos. Según expertos, se trataba de un intento de ejercer presión psicológica sobre Teherán para hacerlo buscar el consenso con Occidente.
Sin embargo, esta técnica no prosperó y es muy poco probable que se vuelva a emplear con el mismo objetivo, señala Friedman en un artículo publicado en la web del centro Stratfor.
"Es paradójico, pero la nueva tanda de rumores sobre la guerra esta vez puede ir dirigida a convencer a Irán precisamente de que no habrá guerra, mientras en realidad se está preparando ya", opina el experto.
El pasado mes de agosto el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, volvió a insistir en que su país no tiene miedo de un ataque por parte de Estados Unidos, porque las tropas estadounidenses ni siquiera pudieron derrotar al pequeño ejército iraquí.
El analista descarta por completo que Tel Aviv se atreva a emprender una operación militar sin contar con el apoyo del Pentágono. En cambio, EEUU dispone de bastante capacidad militar en el área del golfo Pérsico para lanzar un ataque aéreo contra los objetivos nucleares iraníes.
En su opinión, la retirada de las tropas estadounidenses de Iraq ha reajustado las fuerzas y los intereses y ha hecho que Washington revise su postura respecto del problema iraní.
"EEUU, el único actor importante, no atacará a Irán sólo por la cuestión nuclear, que no es el mayor problema para Washington. Pero, debido a la retirada de las tropas de Iraq, las fuerzas convencionales iraníes empiezan a ser un problema. Destruir sus objetivos nucleares sería simplemente reforzar la posición de EEUU", resume Friedman.
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